La delicada situación económica que se vive actualmente en España, poco a poco complica la permanencia de los ecuatorianos en ese país. De hecho, el presidente español, Mariano Rajoy, pronosticó hace pocos días que el desempleo será aún mayor en el 2012.
“Nos encontramos ante una situación crítica, con una tasa de desempleo de 22,9% (5,3 millones de personas sin trabajo). Por desgracia estas cifras no van a mejorar en el corto plazo. Es más, durante el 2012 empeorarán”, aseguró Rajoy el pasado miércoles.
Y ese anuncio ante el Parlamento español fue tomado con desilusión por Ernesto Jiménez, quien vive en Madrid desde hace ocho años, junto con su esposa y a sus dos hijos. Su hermana, Sara, que vive en Quito, cuenta que la llamada de su hermano el viernes pasado fue de angustia total.
“Desde hace un año trabaja algunas horas en alguna construcción. Tiene la suerte de que su jefe lo aprecia. Pero me cuenta que cada vez le da menos trabajo, porque el negocio va mal. Y es mucho peor en esta época fría”.
Sara, además, señala que hay semanas que le toca enviarle algo de dinero. “Sobre todo para que mis sobrinos no sufran. El pro-blema es que acá tampoco es tan fácil conseguir rápidamente un trabajo”.
Y esa contracción empieza a sentirse también en las cuentas nacionales. Según las estadísticas del Banco Central, el flujo de remesas desde España, entre julio y septiembre del año pasado, sumó USD 228,3 millones, cifra inferior en 12,5% al valor registrado en el segundo trimestre del 2011 (USD 260,8 millones) y 14,5% menor frente al monto observado en el tercer trimestre del 2010 (USD 267 millones).
El ministro de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), Francisco Hagó, también lanzó la alerta. En una entrevista con Europa Press, publicada esta semana, afirmó que los inmigrantes ecuatorianos retiran sus ahorros y venden sus propiedades para afrontar gastos corrientes como el alquiler, la hipoteca o incluso la alimentación, y poder así seguir viviendo en España. “En los últimos tres años los migrantes han sacado sus ahorros para llevarlos a España y afrontar sus gastos”.
Jorge S., un empleado bancario que tiene a su hermana viviendo en Bilbao desde hace 10 años, confirma lo dicho por Hagó.
“Mi hermana ha pensado últimamente en regresar, pero tiene miedo porque su vida está hecha allá. Sus hijos son adolescentes, estudian allá y están acostumbrados. Me ha pedido que venda el departamento de aquí, con la esperanza de que la cosa mejore en los próximos años. Ojalá así sea”.
Sin embargo, en Cuenca y Loja, donde Hagó dijo que el fenómeno es más fuerte, no hay evidencia a gran escala. Según el presidente de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces del Azuay (Asocobira), Marco Rodríguez, la venta de propiedades durante la crisis ha sido escasa. Lo mismo señaló Asdrúbal Estrada, gerente de la Cooperativa Migrantes de Loja.
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Otra visión de la crisis europea
Durante tres días, los representantes de organizaciones de varios países han debatido, en Quito, sobre los avances para la creación de una nueva arquitectura financiera en la región.
Y en ese escenario se abordó la crítica situación que envuelve a Europa actualmente. Según el ex presidente de la Comisión de la Nueva Arquitectura Financiera Internacional, Pedro Páez, lo que se vive tiene que ver con una disputa geopolítica.
“Hay expertos en demolición que pueden utilizar las crisis financieras como instrumentos de doma política. Y lo hacen así ya que no pueden hacerlo a través de las urnas o de golpes de Estado. Eso es parte del fetiche del mercado financiero mundial, de la deuda externa y de todos los corolarios de ajuste que también vivimos en el país”.
Para Eric Toussaint, miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial, lo que está sucediendo en Grecia asombra por la forma cómo los líderes europeos han sometido a ese país a tomar medidas de ajuste de gran impacto a escala social.
“En su tiempo, el Tercer Reich, Adolfo Hitler, solicitó un préstamo al Gobierno griego y nunca fue pagado. Ahora, Alemania impone duras condiciones, a través de la ‘troika’ conformada. Por ello, una solución viable para Grecia es que abandone la Unión Europea (UE) y se resista al pago de la deuda, como un acto soberano. Solo así, podrá presionar a que la ‘troika’ haga concesiones en sus exigencias”.
María Lucía Fatorelli, de Auditoría Ciudadana de Brasil, también fustigó el papel del sistema financiero en la crisis.