La nueva planta de Farmayala, ubicada en Durán (Guayas), se mantiene paralizada desde hace un año. Doce líneas de producción de fármacos no pueden operar.
También luce vacío un centro de almacenamiento. Sí está activa una planta con siete máquinas que trabajan en un solo turno para producir tabletas, jarabes, cremas, ampollas, entre otras. La capacidad operativa llega al 40%.
Farmayala invirtió USD 10 millones en los últimos dos años para mejorar la calidad, aumentar la producción y generar empleo.
Lo primero que hizo fue traer equipos de alta tecnología. Por ejemplo, una máquina que procesa 16 000 litros de jarabe en un turno de ocho horas. La idea era reemplazar otro equipo que solo elabora 3 000 litros por turno. Pero aún no se puede utilizar porque la demanda es limitada.
Mario Rafael Ayala, gerente de Farmayala, sostiene que la propuesta del Gobierno, de sustituir la importación de medicamentos con la producción local y apoyar con las licitaciones exclusivas del Estado a la industria, abrió las puertas para el crecimiento.
“Toda la industria se preparó para ese reto y realizó inversiones para mejorara la calidad, renovar equipos y construir nuevas plantas. Pero ya han pasado dos años y no se inicia la sustitución”, dijo.
Según los registros de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos Ecuatoriano (ALFE), que agrupa a 15 industrias, la importación de medicamentos suma USD 1 200 millones anuales. Incluyen 1 634 moléculas que se utilizan para los fármacos.
Luis Monteverde, asesor técnico de ALFE, sostiene que la sustitución de importación podía empezar con 18 moléculas que sirvan para producir los medicamentos más demandados como multivitaminas, antiinflamatorios, analgésicos y antigripales.
“Eso significaría reducir las importaciones en USD 100 millones en menos de un año. Pero el Gobierno se dedica más a visitar las plantas, para ver cómo están y si reúnen las condiciones”.
Según Mario Ayala, las farmacéuticas sí cumplen con todos los requisitos para producir y comercializar los medicamentos.
Otro laboratorio que invirtió para mejorar sus instalaciones fue Acromax, una empresa que destinó USD 12 millones para modernizar los procesos y actualizar los equipos.
Martín Cereijo, gerente de Acromax, dijo que en los últimos tres años se invirtió en la obtención de certificaciones ambientales (ISO 14001), de calidad (ISO 9001) y de Buenas Prácticas de Manufactura. “Contamos con la mejor tecnología, pero para que una planta sea óptima debe operar entre dos y tres turnos. Pero con un solo turno se genera una capacidad ociosa”.
Ante ello, Acromax busca exportar sus productos, para aumentar su producción.
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El mercado
La demanda de medicina se concentra en un 70% con el sector privado; el 30% restante corresponde a las instituciones hospitalarias públicas.
La venta de fármacos en el sector privado genera USD 1 000 millones. De ese volumen las empresas transnacionales y latinoamericanas facturan el 13,7%.
La demanda del sector público bordea otros USD 300 millones y las industrias locales tienen una mayor participación.
Los equipos y maquinarias que adquirieron las empresas provienen de EE.UU., India, Inglaterra, Alemania y China.