Durante esta semana, los actores del sector de la construcción elevaron su inconformidad por la aplicación del impuesto del 10% a la plusvalía (ganancia de la compra y venta de un inmueble).
Según los constructores, la norma del Código Orgánico de Organización Territorial (Cootad), establece que cada municipio debe fijar hasta en un 10% la respectiva tasa. Y, además, que se la cobrará a la primera venta del bien inmueble.
Eso provocó la incomodidad del sector, que asegura que realiza la actividad de producir el bien, por lo que paga el Impuesto a la Renta, y eso impactaría en sus ingresos y, por ende, en el precio de las viviendas.
Con esa duda, los constructores acudieron donde la concejala Elizabeth Cabezas para plantear su posición. Y durante una reunión el pasado jueves se conocieron sus puntos de vista.
Este Diario afirmó que en dicha reunión se definiría el impuesto y se establecería el ámbito de acción de dicha tasa. Sin embargo, eso no es correcto, ya que se trataba de una reunión preliminar. Quien deberá definir esta tasa será el Concejo.
Por el momento, los constructores y la Concejala se han comprometido a reunirse nuevamente el próximo miércoles para encontrar una solución consensuada, la que se remitirá al Concejo para su discusión.
Este órgano municipal será quien decida en última instancia (aún sin fechas en su agenda porque todavía no está elevado para orden del día) si la propuesta procederá o no.