Pese a la mejora de los mercados financieros en las últimas semanas el mundo sigue dentro de la “zona de peligro” advirtieron hoy autoridades del FMI reunidas en Uruguay, al tiempo que elogiaron las medidas adoptadas por los países de Latinoamérica para enfrentar la crisis.
“Los riesgos son ahora menores pero no han desaparecido y seguimos dentro de la zona de peligro”, advirtió José Viñals, director del Departamento de Mercados financieros del Fondo Monetario Internacional (FMI), en una conferencia de prensa tras un seminario en el balneario uruguayo de Punta del Este.
“La situación favorable de los mercados financieros en las últimas semanas tenemos que verla más como un acicate para seguir perseverando en las políticas de estabilidad que nos darán una mayor tranquilidad y no como algo que nos haga relajarnos”, añadió.
Viñals elogió las políticas que han aplicado los países de la Unión Europea para enfrentar la crisis, pero indicó que “quedan otros pasos”, entre los cuales, que Europa “tenga una estrategia de crecimiento”.
Además, falta “poner en funcionamiento esa muralla cortafuegos, que sea suficientemente elevada, suficientemente sólida como para terminar de estabilizar la situación y devolver plenamente la confianza a todos los agentes económicos y financieros”, enfatizó, en alusión a los mecanismos de combate a la crisis que Europa intenta poner en práctica con multimillonarios fondos.
Por su parte, el subdirector gerente del Fondo, Min Zhu, observó que la economía está mejorando pero persiste una gran volatilidad.
Consultado sobre los efectos de los planes de austeridad fiscal -como los implantados en Grecia- sobre la población, defendió que se debe buscar un balance entre esos planes y la política fiscal.
“En este momento enfatizamos una política fiscal saludable, para dar un mensaje de confianza a los mercados”, ya que “sin crecimiento no podremos mejorar el estándar de vida de la gente”, sostuvo.
Sobre la desaceleración del crecimiento económico chino, predijo que la economía de ese país hará un “aterrizaje suave”, mientras que consideró que el enlentecimiento que se espera para Latinoamérica es “muy saludable”, porque se debe al impacto externo pero también a las políticas precautorias para enfrentar los efectos de la crisis.
En Latinoamérica, el FMI teme la llegada de “un enorme flujo de capitales que puede producir problemas en el sistema financiero, (algo) que puede ser muy dañino para la economía”, advirtió en tanto Nicolás Eyzaguirre, director del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo.
No obstante, Eyzaguirre destacó “lo bien que está haciendo las cosas la región”.
“Han tenido una extraordinaria cautela, han mantenido el rumbo de sus políticas fiscales y han tenido la política monetaria como la que acomoda esta situación de extremada volatilidad”, enfatizó.
“A las economías de la región que les ha ido bien no les ha venido mareo de altura y han continuado con un ritmo de mantención muy claro de su política fiscal a efectos de tener grados de maniobra en la eventualidad de una profundización de la crisis”, evaluó.
Del encuentro de tres días en el balneario uruguayo Punta del Este (140 km al este de Montevideo) participaron unos 65 representantes de bancos centrales latinoamericanos y de Corea del Sur, Nueva Zelanda, España, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos, además de autoridades del FMI, el Banco Mundial, el BID y el Fondo Latinoamericano de Reservas.