La suspensión de la Feria Jesús del Gran Poder, una de las más importantes de América, redujo el volumen de eventos y de huéspedes en parte del sector hotelero capitalino y los obligó a buscar estrategias para compensar los ingresos que dejaban los cerca de 10 días que duraba este evento.
La feria dinamizaba la actividad en hoteles como el Plaza, Quito, Dann Carlton y otros que acogían a toreros, su cuadrilla y los aficionados que llegaban de Perú, España, Portugal, etc.
De ocho hoteles consultados por este Diario, seis temen sufrir un golpe en sus ingresos, aunque una cifra más real solo se conocerá a mediados de diciembre. Otros no prevén afectación porque su actividad no se relacionaba con la temática taurina.
Los servicios de hospedaje y de restaurante, por los almuerzos y cenas que se ofertaban, en especial de comida ecuatoriana y española, eran los más beneficiados por los turistas taurinos.
Josef Zumbuhl, gerente de operaciones del Hotel Quito, comenta que el año anterior ya se notó un cambio en los hábitos de consumo en la capital, después que el Municipio de Quito prohibiera la muerte del toro en las corridas, tras una consulta popular donde la ciudad se pronunció mayoritariamente en contra de estos espectáculos. “La ciudad ya no era lo mismo, muchos aficionados de España ya no llegaron al país para las fiestas”, dice Zumbuhl.
Aunque en el 2011 este hotel acogió a la mayoría de toreros, registró una disminución entre un 10 y 15% de aficionados que se hospedaban en sus habitaciones. “Este año no hubo reservaciones de ningún de ellos”. Este segmento representaba un 20% de la ocupación del hotel, que tiene 215 habitaciones, dice Zumbuhl.
“La suspensión nos bajó un 20% de ocupación en esta temporada”, dice María Eulalia Cedeño, del área de ventas del Akros, que cuenta con 128 habitaciones.
Pero no solo el hospedaje se afectó. El ambiente taurino invitaba a trabajar en productos y presentaciones con ambiente español, dice Byron Vallejo, asistente de Alimentos y Bebidas del Sheraton, que tenía a aficionados taurinos como clientes frecuentes.
Al igual que en este hotel, otras empresas reemplazaron estos eventos por programas con énfasis en las fiestas de fundación de la ciudad. El Hotel Plaza redujo el festival gastronómico de comida nacional y española de ocho a tres días (3, 4 y 5 de diciembre) que se realizaba para atraer a los turistas que asistían a la feria taurina, señala César Ron, gerente de la firma. También se limitó el tema de la feria a comida ecuatoriana.
En esta temporada el hotel atendía unos 800 clientes, en especial en restaurante y otros eventos, pero hoy solo espera 400. El Plaza, que tiene 116 habitaciones, sufrió una baja del 25% en hospedaje por este tema.
Aunque el Hilton Colón no programaba eventos taurinos, María de Lourdes Robalino, gerenta de ventas de la firma, cree que “la pérdida de un espectáculo que atrae a un gran volumen de personas es perjudicial e influye a todo el sector”. Pero cree que se puede compensar con otros eventos musicales, artísticos, etc.
Los ejecutivos hoteleros consultados creen que, en general, el 2012 ha sido un buen año para el sector, en especial en el área de eventos que aumentaron en un 11% frente al 2011, impulsado, en parte, por una mayor inversión de las empresas en capacitación.
Aunque algunos hoteles podrían sufrir un duro golpe, otros podrían beneficiarse, explica Norman Bock, presidente de la Asociación de Hoteles Quito Metropolitano. “Podría llegar otro tipo de cliente en estas fechas, por ejemplo, para hacer negocios que usualmente no venía; pero aún hay incertidumbre”.
Aunque esta semana se anunció que se harán dos festejos taurinos en la Plaza Belmonte, sector San Blas de Quito, Bock cree que esto no será suficiente para compensar al sector, pues se enfocará más en el aficionado quiteño. “Nadie va a venir de España para dos días de feria”.
Restaurantes afectados
Los restaurantes ubicados alrededor de la plaza de toros Monumental Quito calculan una fuerte caída ingresos en esta temporada. José Luis Betancourt, contador del local del Rincón del Gaucho, prevé que las ventas caerán 60% frente al año anterior.
Este local, que tiene capacidad para 150 personas, se llenaba en esta temporada. “La gente hacía cola para entrar. Mientras esperaban poníamos una banda de pueblo, adecuábamos incluso sillas adicionales”.
Jorge Moreno, propietario de México 86, con capacidad para 120 personas, dice que desde esta semana comenzaban a aumentar ventas, pero su local lucía desolado el miércoles pasado. “Un 50% de la venta se ha reducido”. Asimismo, Cristian Espinosa, administrador de Las Conchitas Asadas de la Costanera, cuenta que el sector se había abastecido para la fiesta taurina. Tras la suspensión, carnes, embutidos y licores como vinos y cerveza quedaron embodegados. Para Cristian Bonilla, cajero del restaurante Oh Mares, las ventas ya habían caído el 2011, “pero no como ahora”. Los restaurantes ofrecen descuentos y promociones para compensar la caída.