La época de bajas temperaturas sigue influyendo en la pesca. Manuel Cedeño se dedica a la pesca del día desde hace 40 años. Vive en el noreste de Manta, en la parroquia Los Esteros. Dice que “el clima está loco. Ya era tiempo de lluvias y sobre todo que la temperatura en el mar cambiara, pero eso no ha sucedido, la temperatura es de 22 grados”.
Para los comerciantes de mariscos, los peces de roca “se han convertido en la salvación para el negocio que desde hace seis meses ha caído”, comenta Fabián Manzaba, un comerciante de mariscos en la playa de Tarqui, en Manta.
“Tres veces por semana navegamos dos horas mar adentro, vamos en busca de los peces de piedra o roca, que son aquellos que viven en los arrecifes coralinos, como muricos, perelas, cabezudos, pargos, corvinas”, refiere Cedeño.
Otro de los problemas que generan las bajas temperaturas es que los peces no se desarrollan. “Vamos en busca del picudo, el banderón y el espada; estas variedades grandes están a tres días de navegación”, dice José Anchundia.
Frente a la escasez de especies grandes, el presidente de la Cooperativa de Armadores Pesqueros de Los Arenales de la parroquia Crucita del cantón Portoviejo, solicitó al Capitán del Puerto de Manta que se pusiera en vigencia una veda de ocho días al mes. “Hay que preservar el recurso, si no hacemos nada hoy podemos quedarnos sin peces pronto”.
La Subsecretaría de Recursos Pesqueros (SRP) anunció que en las próximas semanas se prohibirá la captura y desembarco de las especie de tiburón cachuda blanca y roja conocidos como tiburones martillo. “Son dos especies que están desapareciendo de los océanos del mundo”, aseguró el biólogo Jimmy Martínez, asesor técnico de la SRP.