El dinero que envían los emigrantes ecuatorianos radicados en Europa empieza a frenarse.
María García esperaba recibir la semana pasada 400 euros por el Día de la Madre, pero solamente le llegaron 200. Y cuando fue al banco para cambiar sus euros por dólares sintió que le quedaron debiendo. Ayer, la cotización fue de USD1,24 por euro, cuando hace una semana estaba en USD 1,30. Es decir, recibió USD 12 menos.
fakeFCKRemoveSegún García, la reducción de los recursos se debe a la crisis que hay en España. “Mi esposo ya no tiene mucho trabajo. Ahora debe ahorrar allá, porque a veces solo consigue empleo por unas horas y ya no por semanas”.
Por eso, el negocio de cambiar euros en las calles y realizar giros se redujo en los últimos días. Jorge Sánchez, administrador de una pequeña cabina de Western Union, contó que hace un mes recibía 100 giros, pero ahora no llega ni a 70. En su negocio registraba un promedio de 500 euros, pero ahora no supera de los 200.
“La crisis en España empezó a poner nerviosos a los emigrantes, quienes prefieren guardar su dinero antes que enviarlo acá”.
Así lo asegura Andrés Castro, quien se dedica a comprar euros en el centro de Guayaquil (esquina de Pichincha y 9 de Octubre). Hasta el mediodía de ayer solo había cambiado 100 euros. “El negocio se ha ido en picada. Esto cada día está peor. Cuando comencé cambiaba entre 1 500 y 2 000 euros por día, pero ahora no llego ni a 200 euros”.
Esa situación se repite en las agencias de Delgado Travel, Western Union y Ecuagiros. Allí ya no se ven las filas de personas para retirar o cambiar sus euros.
También, quienes ahorraban en euros están afectados por la debilidad de la moneda europea.
Desde hace dos años, bancos locales ofrecen cuentas de ahorro y pólizas de inversiones. Sin embargo, César Robalino, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), sostuvo que la crisis de la Unión Europea no ha generado ningún efecto en las cuentas de ahorro en euros. “En el sistema financiero hay montos pequeños y todavía no se ve el efecto. La cantidad de gente que usa esas cuentas es pequeñísima comparada con la que ahorra en dólares”.
Otros emigrantes empezaron a parar sus construcciones hasta que la situación mejore. Esto se observa en poblaciones de Azuay.
Ese es el caso de Judith Castillo, esposa de Homero Paladines y madre de Paola Paladines, que vive en Milán (Italia). En ese país radica desde hace 10 años y trabaja en el sector de la confección. Mensualmente ella enviaba USD 5 000 desde hace seis meses para construir su casa en la parroquia cuencana de Chaullabamba.
Castillo gana en euros una cantidad que Paladines prefiere no mencionar. Cada mes hacía el cambio a dólares y enviaba los recursos para la construcción de su casa. Pero las últimas tres cuotas no llegaron a Ecuador. “El precio del euro frente al dólar es muy bajo”, dice el cuencano.
Por eso, explica Paladines, Castillo y él llegaron al acuerdo de que ella retenga los euros que destinaba a la casa y espere a que se recupere la moneda europea frente al dólar para retomar los envíos y seguir la construcción.
En el 2009, las remesas que enviaron los emigrantes se ubicaron en USD 2 495,4 millones, un 11,6% menos a las del 2008. Las ciudades que más remesas reciben son Guayaquil (USD 622 millones), Quito (USD 500 millones) y Cuenca (USD 330 millones).