Los picos, placas, sonidos de maquinaria y movimientos de tierra se sienten otra vez en Quito. El sector de la construcción ha resurgido en este primer semestre del año, frente a la crisis del 2009.Los involucrados en la actividad así lo perciben. Un estudio de Market Watch revela que en el 2009 se pusieron en marcha, en Quito, 620 proyectos, mientras que solo hasta junio de este año se han levantado 610.
Una situación similar se vive en el resto del país, aunque no se cuenta con cifras exactas. De hecho, en la Cámara de la Construcción de Quito, su presidente, Hermel Flores, tampoco cuenta con estadísticas que revelen el crecimiento del sector, aunque asegura que un buen indicador es el aumento del número de proyectos.
En este escenario, Gonzalo Rueda, gerente general de Market Watch, estima que a finales del año se registrarán unos 1 200 proyectos en 13 ciudades del país, de las cuales Quito tendrá el mayor porcentaje.
Para los quiteños ya no es novedad el florecimiento de estos proyectos. Guadalupe Serrano, quien reside en El Pedregal, barrio ubicado sobre la av. Occidental, está asombrada de cómo han aumentado las construcciones en su sector. “El año pasado había cerca de mi casa cinco terrenos. En estos meses se han iniciado construcciones de pequeños edificios en cuatro de ellos”.
La constructora Uribe y Schwarzkopf, por ejemplo, cuenta al momento con 21 proyectos inmobiliarios, pero espera desarrollar tres más en lo que queda del año. Esta situación, según su gerente general, Joseph Schwarzkopf, ha permitido un incremento del 10% en las ventas de viviendas frente al año pasado.
Por su parte, las constructoras de viviendas para clientes de bajos ingresos también han sentido la expansión. Es el caso de la Fundación Cusarve, que edifica casas de entre 24 y 42 m² cuyos precios oscilan entre USD 21 000 y 60 000 en sectores periféricos de la ciudad como Marianitas, Llano Grade, Guamaní, Quitumbe, etc.
Miguel Saldarriaga, uno de sus promotores de ventas, dice que mientras el año pasado comercializaba tres casas por mes, ahora vende un promedio de diez.
Flores confirma que en el país existe principalmente demanda de viviendas populares, es decir, de hasta USD 60 000. “A las empresas que comercializan ese tipo de productos les está yendo bien por la flexibilización crediticia que se ha dado tanto del sector público como del privado”.
Por ello, Pamela Guzmán ha visto hoy más que nunca factible la posibilidad de concretar su sueño de tener casa propia. Está dispuesta pagar por una casa de hasta USD 30 000. “En los últimos diez años he ahorrado USD 10 000. El resto quiero financiarlo con un préstamo hipotecario del IESS o con algún banco”.
Junto con esta dinamización del sector, la oferta de mano de obra también ha crecido. La Asociación de Promotores Inmobiliarios de Viviendas del Ecuador (Apive) asegura que 300 000 ecuatorianos laboran de forma directa en este sector y 1 500 000 personas reciben algún tipo de ingreso ligado a la construcción.
Eso significa, según Market Watch, que del total de la población empleada, el 8% está en sector de la construcción. El año pasado ascendía al 6,7%.
Mutualista Pichincha, por ejemplo, ha llegado a sumar 450 trabajadores en 45 proyectos propios. “De forma indirecta podrían ser cientos. Es un dato difícil de cuantificar”, señala Juan Carlos Terán, director inmobiliario.
Dentro del Programa Socio Empleo, el 90% de las 1 393 personas colocadas entre enero y mayo accedieron a empleos en la construcción. De este porcentaje, los oficios más requeridos son los de albañiles y peones. Ellos reciben un salario conforme a lo que acuerdan con los contratistas.
Pero no todos están conformes. Carlos Chango, maestro plomero, está registrado en la red Socio Empleo. Por arreglar un problema de tubería le quisieron pagar USD 10, un valor que considera bajo. “Aquí deberían ayudarnos no solo a encontrar trabajo sino a que nos paguen lo justo”.
Schwarzkopf, sin embargo, discrepa con Chango, pues asegura que hay una alta demanda de maestros especialistas. Fabián Sarango aprendió a colocar Gipsum, una especie de pasta o espuma Flex utilizado para la construcción. No existen muchos especialistas y por eso una de las contratistas del edificio Metro Plaza lo empleó permanentemente. Un especialista en esta área gana entre USD 300 y 400.
Finalmente, en esta expansión del sector también ganan las actividades vinculadas como ferretería, cementeras, fábricas proveedoras de insumos, entre otras.
Roberto Silva, jefe de área de asistencia técnica de Edimca, señala que la firma ha registrado un crecimiento de un 10% gracias a que hay más construcciones.