La enfermedad producida por el hongo Fusarium oxysporum f. sp. cubens es una de las amenazas más graves del banano y otras musáceas. Ayer, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió sobre el resurgimiento de esta enfermedad que destruye y amenaza las plantaciones.
La enfermedad se propagó recientemente en países de Asia, África y Oriente Medio. Y según un comunicado de la FAO, hasta el momento los cultivos de banano en Colombia y Ecuador no ha sido afectados.
En el país, la enfermedad es llamada Fusarium Raza 4 o mal de Panamá, la cual fue detectada en las décadas de los 60 y 70.
En aquellos años, una variedad de la enfermedad había llegado a suelo nacional pero no se desarrolló. “En esa época no se tenían controles de prevención y el banano se exportaba en racimos”, recuerda el productor Jovanny Coronel, oriundo de Los Ríos.
Diego Vizcaíno, director ejecutivo de Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad), dijo que el país está libre de este mal y señaló que este organismo ha tomado medidas de prevención para evitar que el cultivo nacional se contamine.
El año pasado se impuso una restricción para que el material vegetativo usado para sembrar y reproducir banano sea importado previa autorización de Agrocalidad. La restricción es principalmente para países de Centroamérica y de Oriente Medio, especialmente Israel.
En diciembre del 2013, junto al Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (Iniap) y Bioversity International se realizó un taller sobre Prevención, Diagnóstico y Manejo del mal de Panamá. Este se llevó a cabo en la Estación Experimental Tropical Pichilingue de INIAP en Quevedo (Los Ríos) y se capacitó a 150 productores de la zona.
La Fusarium es un patógeno que ataca a las raíces e invade el sistema vascular de la platanera. Esto impide su normal alimentación y ocasiona una progresiva deshidratación. Las hojas se amarillentan, luego se marchitan y la planta muere. Pese a ello, el fruto de la planta sigue siendo comestible.
Según datos de Agrocalidad, el mal de Panamá provocó la desaparición de variedades de alta aceptación en América Latina y el Caribe como Gros Michel y Manzano.
Coronel recuerda que a partir de la aparición de esta enfermedad en el país se optó por cosechar otras variedades como Cavendish y Filipino, que son resistentes a la plaga, lo cual las hizo muy populares. Sin embargo, esta enfermedad está en constante evolución, a tal punto que Agrocalidad y la FAO hay reportes sobre la existencia de cepas de Cavendish afectadas en otros países.
Gustavo Marún, presidente de la Corporación Regional de Bananeros Ecuatorianos (Agroban), conoce que en Filipinas la plaga es un problema que puede desaparecer cultivos. “Se propaga rápidamente. Una inundación puede dañar toda un área. En el país se han tomado medidas y no tenemos ese mal”, dijo.
Para los productores de banano, Ecuador tiene aspectos climáticos y de suelo favorables que podrían evitar el desarrollo de enfermedades.
No obstante, de ingresar el Fusarium al país, la afectación sería muy perjudicial. “En Asia, cuando un cultivo se contamina se pone en cuarentena para evitar contaminación. De darse esa situación en el país sería devastador pues no tenemos esa misma disciplina”,dijo Marún.
Pese a la ausencia de esta amenaza, Ecuador sí tiene otras enfermedades que se han logrado controlar y no presentan mayor afectación al sector, hasta el momento. Un ejemplo es la sigatoka negra o la mancha roja. En lo que va del año no se han registrado grandes áreas contaminadas con sigatoka negra, sin embargo, hace unos tres años este mal afectó a unas 30 000 hectáreas de plantaciones de banano. Según la Unidad del Banano, en el país se cultiva 180 000 hectáreas.
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