Los operativos de control aduanero ahora también se concentran en los almacenes y centros comerciales, donde se ofrecen a los clientes los productos importados como licores, textiles, celulares y carros de menaje de casas.
Ese sistema se denomina “Control Posterior” y se convierte en la nueva herramienta de la autoridad aduanera. Con él, se verifica en los locales si la mercadería que se comercializa a los usuarios cumplió con los trámites aduaneros y normas de calidad que se requieren para nacionalizarlos.
La semana pasada, la Corporación Aduanera Ecuatoriana (CAE) visitó cuatro locales que venden celulares en la Bahía y se decomisaron 360 equipos. Sus administradores no pudieron demostrar con facturas la entrada legal de esa mercadería al país. Las visitas también se repitieron en locales de los centros comerciales Mall del Sol, San Marino, Quicentro, entre otros ubicados en Guayaquil, Quito y Cuenca.
Entre enero y noviembre de este año, la CAE ha realizado 1 230 controles posterior a locales y negocios que venden bienes importados. Además se realizan auditorías documentales de los principales importadores que incluye una revisión de los documentos contables, facturas, documentos de importación y pago de tributos de los últimos años.
Juan Carlos Jácome, coordinador general de Intervención de la CAE, dijo que los controles se originan de las investigaciones internas y las denuncias. “Se conoce que hay áreas sensibles y que son complejas para controlarlas. Por eso se va a pedir con anticipación información como son los documentos de importación, proveedores, rotación de la mercadería para comprobarla con los que se registra en la Aduana”.
Según Jácome, los textiles y ropa importada tienen requisitos que ayudan a ser controlados ya que existen normas que exigen un etiquetado especial para su importación. “Si se encuentra ropa en los almacenes que no es nacional y carece de la etiqueta especial es porque ingresó ilegalmente. Los importadores y comerciantes saben de las reglas”.
El objetivo de la CAE es agilizar los trámites aduaneros para que puedan ingresar rápidamente al mercado nacional. Pero endurece las reglas para los comerciantes que evadieron el pago de impuestos o hayan declarado otros bienes. Fabián Soriano, gerente del distrito de Guayaquil de la Aduana, sostuvo que los importadores que no sean calificados como riesgosos tendrán un despacho ágil pero será auditado y visitado por los técnicos aduaneros para su control posterior. “La tendencia es automatizar todos los trámites para que el despacho sea ágil, pero eso no significa que no vayamos a controlar. Las sanciones serán más fuertes”.
El asesoramiento de los sistemas de automatización y control posterior lo hace la Aduana de Corea. La semana pasada llegaron a Guayaquil miembros de la comisión de Corea liderada por Jung Il Suk, director general de la Aduana coreana y el comisionado Yoon Young-Sun. La idea es terminar el asesoramiento con los procesos de automatización.
Según Yoon, el nuevo sistema ayudará a ser más eficiente a la Aduana y reducir el tiempo de los despachos de las mercaderías. “Se ahorrará los costos de logística de la empresa privada y al Estado le permitirá recaudar más ingresos. La clave será el sistema de gestión de riesgo que se encargará de analizar los datos y seleccionar las mercaderías que sean más sensibles al contrabando”.
Los controles también se intensifican en los aeropuertos internacionales y en los couriers. Así como en los menajes de casas.
Ficha de datos
El 35% de los trámites aduaneros termina con aforo físico (revisión total de la mercadería) en los puntos de arribo.
El 18% de las mercaderías tiene aforos automáticos y la diferencia son documentales.
El objetivo de la CAE es aplicar como máximo el 20% de aforo físico y el resto automático y documental. Los importadores considerados de alto riesgo serán aforados físicamente cada vez que ingresen con mercadería al país.
En los aeropuertos los viajeros solo podrán declarar mercaderías valoradas hasta USD 2 000.
La CAE ha instalado un semáforo de riesgo en los aeropuertos para detectar a los viajeros de alto riesgo.