La reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) concluyó ayer en Calgary, Canadá con un diagnóstico sólido sobre la economía latinoamericana, un debate sobre riesgos del ingreso de grandes capitales a la región y una advertencia sobre peligros de un recalentamiento en varias economías.
América Latina recibió el año pasado unos USD 220 000 millones en capital privado, según cálculos del Instituto Financiero Internacional (IIF), que representa a la banca internacional.Ante el pobre desempeño de los países más avanzados, los inversores internacionales han buscado mejores rendimientos en la región, que ha sido elogiada por instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), por su éxito a la hora de superar la crisis financiera de hace casi tres años.
Pero eso ha generado un creciente recalentamiento de las economías. La inflación se ha disparado y las monedas se han apreciado en numerosos países.
El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, sugirió a los 31 ministros de Finanzas presentes en Calgary que los países latinoamericanos deberían dejar que sus monedas se aprecien como parte de su respuesta al recalentamiento económico.
Hay una amplia gama de políticas a las que se podría recurrir para evitar el recalentamiento, como una flexibilización del tipo de cambio al alza, una combinación más apropiada de políticas monetarias y fiscales, así como regulaciones financieras adecuadas.
Brasil, cuya inflación está sufriendo del recalentamiento de la economía, ha aplicado impuestos y restricciones para atajar la entrada de capital especulativo.
El real brasileño se apreció 4,6% el año pasado, tras ganar 32% en el 2009, lo que llevó al Gobierno a aplicar impuestos y restricciones a la entrada de capitales foráneos.
Pero las medidas destinadas a limitar simplemente las apreciaciones de las monedas están condenadas al fracaso, dijo Philip Suttle, jefe economista del IIF. Aunque no hay una medida que sirva para todos los casos, añadió el ministro colombiano de Finanzas, Juan Carlos Echeverry.
Aunque hay un consenso en que América Latina está creciendo sólidamente, el BID observa que lo hace a dos velocidades.
Los dos modelos actuales de crecimiento regional están liderados por Brasil, exportador de materias primas y orientado hacia los países emergentes, y México, dependiente de los países industrializados. “El grupo liderado por Brasil está muy bien situado en un mundo en el que las economías emergentes son el motor de crecimiento… Los precios de las materias primas son altos, y los flujos de capital están entrando hacia este grupo para aprovechar las mejores oportunidades y perspectivas más brillantes”.
“La otra cara de la moneda lo representa el grupo liderado por México, cuyos miembros comparten lazos comerciales mucho más fuertes, tanto en bienes como servicios, con países industriales”, según el informe.
Los expertos del BID colocan en el grupo de Brasil a Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Trinidad y Tobago. En el grupo mexicano se hallan los países centroamericanos y los caribeños, con excepción de Haití.