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Que la firma china Geely haya comprado la mayoría de las acciones de Manganese Bronze, fabricante británico del tradicional taxi londinense, refleja las ambiciones de una industria automotriz que busca imponerse más allá de símbolos culturales. El negro y curvilíneo taxi londinense es mucho más que un vehículo. Es un icono sin el cual el retrato de Londres nunca estaría completo.
La empresa automotriz independiente Geely se asoció con Manganese Bronze en el 2006 para producir componentes y, cuatro años después, en marzo, anunció sus planes de ser accionista mayoritario.
Sin dudas, que el taxi londinense se fabrique en China y transporte a pasajeros de todo el mundo es una cara de la globalización. Pero, la globalización al estilo chino casi siempre beneficia al propio país. Para Geely es una medida osada, aunque no tanto como la que asumió cuando compró el paquete accionario de Volvo a la firma Ford, también en marzo, por USD 1 800 millones.
La del taxi negro supone una compra pequeña, pero también una gran declaración del fundador de Geely, Li Shufu. Su vida es ya una leyenda, que se cuenta una y otra vez en China, sobre un muchacho pobre que se hizo rico. Era campesino de la provincia de Zhejiang que aprovechó las ambiciones de quienes aspiraban a tener automóviles para fabricar vehículos pequeños y baratos.
Los modelos más accesibles de Geely se vendieron por 5 670 dólares en China. “Es barato, usa poca gasolina y pensé que era ideal para ser mi primer auto”, dijo Feng Wencong, guardia en el Centro Nacional de Exhibiciones de Beijing.
En vez de llevar los automóviles baratos al exterior, como intenta hacer la compañía india Tata con su modelo Nano, Geely quiere tomar el control de algunos íconos ya establecidos y fabricarlos en China. Antes, Geely siguió la estrategia del Nano, exportando automóviles pequeños a países en desarrollo. Pero, las ambiciones de la empresa han crecido mucho en sus 13 años de existencia.
Geely empezó copiando exitosamente modelos extranjeros. Ahora Li quiere, claramente, apartarse de esa imagen y colocar a su empresa en el escenario mundial. Pero, si el valor del taxi negro radica en buena medida en que se trata de un símbolo británico, ¿cómo hará para adoptar una imagen china?
“El acuerdo chino no le ha causado pérdidas a esa imagen”, dijo a IPS una portavoz de Manganese Bronze. “Es una marca muy inglesa. Estamos intentando vender la calidad de británico en el exterior, no de disminuirla en Gran Bretaña”, añadió.
El taxi londinense, más precisamente el modelo TX4, ya ha cruzado sus fronteras natales. Hay un par de cientos en Estados Unidos, y es un poco menos común verlos en Chipre, Sudáfrica, Israel y Singapur. Pero más bien como un pintoresco recordatorio de Gran Bretaña fuera de su territorio, dado que solamente Londres es su hogar natural.
“Hay reglas muy estrictas para calificar para taxi en Londres, y Manganese Bronze las cumple”, señaló la portavoz. Ahora, Geely tendrá que cumplir esos estándares. Sin embargo, muchos tienen dudas, a juzgar por algunos de los comentarios publicados en los sitios web de fanáticos de los automóviles en China. Esto, todavía, está por verse