Unos seis millones de alumnos se vieron afectados en Argentina por una huelga de docentes que comenzó hoy en reclamo de mejoras salariales, en medio de una negociación tensa con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
La titular de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), Mirta Petrocini, dijo que el primer día de la huelga de 72 horas tuvo “una altísima ahesión” en la provincia de Buenos Aires, como muestra del rechazo de la propuesta salarial del gobierno. Además, advirtió que los maestros “no volverán a las aulas” sin una oferta “digna”.
El gremio indicó que la adhesión rondó “el 97 por ciento”. Petrocini remarcó que le huelga es “la contundente respuesta a la vergonzosa actitud del gobierno que fue a la paritaria (negociación salarial), a 14 horas de la fecha prevista para el inicio del ciclo lectivo, con la misma propuesta que ya había sido rechazada la semana anterior”.
En la Capital Federal el acatamiento a la huelga fue dispar y hubo escuelas que dieron inicio de manera normal a las clases. Mientras, el gobierno convocó a las cinco federaciones docentes del país a una “audiencia conciliatoria” que se realizará el próximo miércoles.
La convocatoria fue realizada en el marco de la conciliación obligatoria dictada por las huelgas de 48 y 72 horas que iniciaron hoy los gremios, en el comienzo del ciclo lectivo, en rechazo a la nueva propuesta salarial. Los sindicatos rechazaron ayer la oferta de aumento salarial del gobierno y anunciaron una huelga de 48 horas.
El gobierno propuso un aumento equivalente al 22 por ciento en tres cuotas: en marzo el 12 por ciento, 5 por ciento en agosto y 5 por ciento en noviembre, más 2 000 pesos (unos 250 dólares) de un fondo de presentismo (en dos cuotas).
La oferta incluso podría alcanzar el 31 por ciento. Sin embargo, los gremios reclaman entre un 42 y un 61 por ciento, a raíz de la inflación que estuvo alrededor del 3,7 en enero, según cifras oficiales. Las consultoras privadas estiman que la inflación estará por arriba del 30 por ciento este año. En 2013 fue del 28 por ciento, según los privados, aunque la cuestionada estadística oficial midió algo menos de la mitad.