El Pentágono calcula que Rusia ha desplegado unos 20 000 soldados en la península ucraniana de Crimea, y sigue enviando militares a la zona, por lo que vigila de cerca esos movimientos.
El portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, John Kirby, indicó ayer, 7 de marzo, que este número se encuentra por debajo de los 30 000 que han denunciado las autoridades de Kiev.
Según Kirby, en los últimos días Rusia ha enviado “miles de tropas” a Crimea, región que la inteligencia estadounidense vigila de cerca para adelantar cualquier movimiento ordenado desde Moscú. En plena tensión con Rusia por la crisis de Crimea, Estados Unidos ha movilizado cazas y otras aeronaves militares en la misión de vigilancia de la OTAN en el Báltico y ha aumentado las maniobras conjuntas en Polonia.
Además, el destructor de misiles guiados USS Truxtun ingresó ayer en el mar Negro como parte de maniobras rutinarias, pero que coinciden con el delicado momento en la región. El USS Truxtun forma parte del grupo de ataque del portaaviones USS George H. W. Bush, que se encuentra ahora en el Mediterráneo.
El Gobierno de Moscú, en tanto, espera que “no regrese la guerra fría” pero está listo para desafiar las sanciones occidentales y las convocatorias al diálogo por parte de Europa, pues ayer la empresa estatal rusa Gazprom amenazó con cortar la provisión de gas a Ucrania. Moscú no quiere una nueva guerra fría, declaró ayer el portavoz del presidente ruso Vladimir Putin.