Muchos iraquíes recibieron con preocupación el anuncio de la retirada de la última brigada de combate estadounidense, porque dudan de las capacidades de las fuerzas iraquíes para brindarles protección en un país confrontado a una violencia persistente.“Los estadounidenses tendrían que haber esperado que el Ejército y la Policía iraquíes terminen su formación y sean una fuerza verdaderamente leal”, comentó Alí Jalaf, un ingeniero del barrio de Salhiya, en Bagdad.Luego de siete años de controvertida ocupación, la partida durante la noche del jueves de esta última brigada de combate es vista como una buena nueva para muchos iraquíes traumatizados por los métodos a veces brutales de los comandos estadounidenses. Pero la agenda de la retirada es lo que plantea un problema.“Nuestras fuerzas no están listas para proteger a la población”, dijo Muna Jasim Alí, una profesora. El más sangriento atentado de este año ocurrió el martes pasado, cuando un kamikaze mató a 59 personas en un centro de reclutamiento del Ejército, en el corazón de Bagdad, lo que ilustra las dificultades de las fuerzas iraquíes para controlar la situación.El portavoz del gobierno iraquí, Ali al-Dabbagh, recordó que la retirada de las tropas era el resultado de un acuerdo entre Iraq y Estados Unidos, y aseguró que “las fuerzas de seguridad iraquíes están suficientemente preparadas para afrontar la amenaza”.Sin embargo, la semana pasada, el general Babaker Zebari, jefe del estado mayor iraquí, había considerado que la retirada completa a finales del 2011 era prematura, y que su Ejército no estaría listo antes del 2020. “La gente acusa a las fuerzas de seguridad, pero trabajamos 16 horas por día debajo de este calor y estamos cansados”, indicó un policía en un puesto de control de la capital, que quiso conservar el anonimato. “La retirada de los norteamericanos nos va a dar aún más trabajo”, deploró.Cinco meses después de las legislativas, los partidos iraquíes no encuentran un acuerdo para formar una coalición de Gobierno.La misión de combate de las fuerzas estadounidenses finaliza el 31 de agosto. El papel de los 50 000 militares que queden se limita a la formación y al consejo. Washington prevé una retirada completa de sus tropas de aquí a finales del 2011.“En el contexto actual, los estadounidenses deben quedarse porque su partida alentará las acciones de nuestros vecinos, tanto del este como del oeste”, cree el jeque Salman Mohamed Jalaf. Sin embargo, para este hombre la presencia de Estados Unidos no trajo nada bueno. “Los actos de violencia confesional del 2006 y 2007 son culpa de los norteamericanos. Todos los problemas empezaron con la invasión”, aseguró.