No tengo nada qué hacer desde hace algún tiempo y di con este trabajo”, dijo Edmond Dimanche, de 40 años, sobre un montón de escombros en un vertedero, donde recupera trozos de metal y ladrillos. Esta es su labor tras el sismo que devastó a Puerto Príncipe, Haití, el 12 de enero.
Dimanche (Domingo, en español) mostró la chatarra compuesta de hormigón armado, chapas y todo tipo de materiales plásticos, papel o tejido. “Los vendemos sueltos”, a menos de USD 1, dijo.
La casa de Dimanche se derrumbó hace un mes y este trabajo le permite sobrevivir en la calle. Aquí los camiones llegados desde toda la ciudad vierten su carga y empieza el reciclaje de escombros.
“Pasaba por ahí y me detuve a comprar”, explicó un empresario que estacionó su camioneta frente al vertedero, situado cerca del aeropuerto de la capital haitiana. “Podemos hacer casas, puentes, todo lo que querramos con esto”, declaró, sin querer dar su nombre. Detrás de él, armado de un cincel, Anous Cadet ataca un bloque de hormigón muy compacto, metódicamente rompe el cemento y libera un ladrillo. Puerto Príncipe. AFP