Una junta estatal empezó este miércoles a trabajar en un programa de entrenamiento de policías de Arizona para que implementen una nueva y dura política del estado contra la inmigración de indocumentados, evitando la etiquetación racial en su aplicación. La ley restringe el uso de raza, color u origen nacional como base para interrogatorios de inmigración, pero los críticos temen que los policías aún así estarán influidos por sus prejuicios de que la mayoría de los indocumentados parecen hispanos. “La forma en que está redactada la ley, casi lleva a los policías a la etiquetación racial, al mismo tiempo que dice ‘no lo hagan’”, según el jefe de la Policía de Phoenix, Jack Harris. Se esperaba que la junta votara ayer sobre un sistema para el desarrollo del material de entrenamiento. La gobernadora del estado, Jan Brewer, ordenó la creación del curso de entrenamiento cuando firmó la ley de inmigración ilegal el 23 de abril. Esa ley convierte en delito estatal la inmigración indocumentada y obliga a la Policía a verificar la documentación de cualquier persona “bajo sospecha razonable” de que pueda ser indocumentada.La ley, cuestionada dentro y fuera de Estados Unidos, entrará en vigencia el 29 de julio, a menos que sea bloqueada por impugnaciones legales pendientes.