El papa Benedicto XVI pidió ayer por primera vez en público “perdón” por los abusos cometidos por curas católicos contra niños. Lo hizo al clausurar en la plaza San Pedro el año sacerdotal.
“Imploramos insistentemente perdón a Dios y a todas las personas afectadas, y prometemos hacer todo lo posible para asegurar que ese tipo de abusos nunca más puedan ocurrir”, exclamó el Papa ante unos 15 000 sacerdotes, monjas y religiosos. “Ha ocurrido que en este año de alegría para el sacramento del sacerdocio salieron a la luz los pecados de los sacerdotes, y en particular los abusos contra niños”, reconoció el Papa durante la misa solemne celebrada bajo un sol ardiente.El Pontífice alemán, que ha sido acusado incluso de haber callado un caso hace más de tres décadas cuando era arzobispo en su país, optó por la tolerancia cero contra los curas pederastas.El ‘mea culpa’ del Papa tiene un particular valor al haberlo pronunciado ante miles de sacerdotes de los cinco continentes, quienes padecen la desafección y sospecha de la opinión pública. Entre los religiosos que acudieron al Vaticano, la mayoría vestidos de blanco, figuraban numerosos latinoamericanos.Los escándalos por los abusos a menores estallaron primero en Irlanda, tras la divulgación a finales del 2009 de dos informes oficiales y se han extendido a Alemania, Austria, Italia, Holanda, Bélgica; además de Estados Unidos y varios países de América Latina.Por los escándalos, el Papa inició una renovación gradual de la Iglesia con la sustitución de cuatro obispos en Irlanda y tomó medidas como nombrar a un delegado especial para controlar la congregación Legionarios de Cristo, cuyo fundador, el mexicano Marcial Maciel, fue acusado de abusos sexuales.