Mientras Caracas llamaba a consultas a su Embajador en Bogotá y hablaba de un supuesto plan para afectar la normalización de las relaciones con la administración del presidente electo, Juan Manuel Santos, el Gobierno de Colombia decidió llevar a la OEA sus denuncias sobre la presencia de al menos cinco jefes de las FARC y uno del ELN en Venezuela.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, habló de “un desespero de la extrema derecha que rodea a (Álvaro) Uribe para tratar de generar un gran conflicto, de impedirle a Santos que vuelva a establecer relaciones respetuosas con su hermana Venezuela”.
Bogotá pidió formalmente a la OEA “convocar, a la brevedad posible, a una sesión extraordinaria del Consejo Permanente para examinar la presencia de terroristas colombianos ubicados en territorio venezolano”. Allá están, según la inteligencia colombiana, los jefes de las Farc ‘Iván Márquez’, Rodrigo Granda, ‘Timochenco’, ‘Granobles’ y ‘Jesús Santrich’, así como el alias ‘Pablito’.
Esa sesión se realizará a las 10:00 del próximo jueves en Washington. Luis Alfonso Hoyos, embajador colombiano ante la OEA, coordinará, con un equipo de la Cancillería y el Ministerio de Defensa, la presentación de la denuncia. Será la tercera vez en el último año que Colombia lleva al máximo foro hemisférico el tema de las relaciones con Venezuela.
La nueva escalada de declaraciones entre Bogotá y Caracas causó reacciones en EE. UU. P.J. Crowley, portavoz del Departamento de Estado, asegura que Washington está “revisando” los reportes presentados por la Casa de Nariño. “Esto no es nuevo. Venimos preocupados desde hace un tiempo y desde el 2006 se ha determinado que Venezuela no coopera plenamente con los esfuerzos antiterroristas”, sostuvo.