“El destino de la reforma inmigratoria se sostiene en la habilidad de ganar algunos votos de los republicanos. Pero eso en estos tiempos en Washington es suficiente como para quitarle la respiración artificial al moribundo”, dice el último editorial The New York Times tras la reunión de los líderes de los inmigrantes con Obama.
Un escenario es el del muñequeo político en Washington y otra es la realidad diaria de los inmigrantes indocumentados. La recesión no solo los ha convertido en los culpables del declive económico en EE.UU sino que también aumentó el abuso laboral.
“El pasado lunes vinieron 45 trabajadores ecuatorianos a denunciar que la compañía Livo Construction no les paga desde noviembre”, dice Óscar Paredes, director del Proyecto de Trabajadores Latinoamericanos.
El miércoles llegaron cuatro obreros más a esas oficinas a denunciar que el empleador les adeuda USD 10 000 por concepto de salarios. Antes, llegaban unos tres o cuatro por semana hoy vienen a diario”, dice el organizador comunitario, cuya estructura recuperó USD 600 000 el año pasado, en concepto de salarios adeudados a los obreros. En lo que va de este año ya son USD 200 000 los recuperados.
Daniel Vila también cuenta alarmado sobre el aumento de abusos a los obreros. “Hay gente a la que no le han pagado USD 3 000 y algunos son estafados por los mismos compatriotas ecuatorianos”, dice este organizador laboral de origen puertorriqueño.
Vila, por ahora está ayudando a unas 15 personas estafadas en el área de Ossining, en Nueva York. “La retención de los salarios es la queja más común que se viene escuchando con más insistencia en los últimos meses”, agrega Vila.
“Los empleadores saben que los trabajadores están desesperados por trabajar y de eso se aprovechan; los amenazan con denunciarlos a inmigración y se asustan”, dice Paredes.