Un niño de 8 años fue asesinado mientras jugaba en el patio de su casa con su hermana de 12: pagó con su vida el defenderla de un intruso que apareció imprevistamente en el lugar y trató de violarla.
El trágico hecho sucedió en un suburbio de Richmond, en Virginia. Martin Cobb era un niño vivaz, lleno de vida.
Todos lo llamaban afectuosamente “Marty”. “Marty” era de raza negra al igual que su victimario, un adolescente arrestado luego por la policía y ahora sometido a las pericias médicas del caso en un centro psiquiátrico para evaluar sus condiciones mentales.
Y quien narró el luctuoso episodio no fue otra que la hermana de Martin, quien se encuentra hospitalizada pero en condiciones juzgadas como satisfactorias, pero con su corazón destrozado por la pérdida de su hermanito héroe.
Era una tranquila tarde, y con su hermanito estaba jugando en el patio que está situado detrás de su casa. Los progenitores se hallaban un poco lejos del lugar. De repente apareció el adolescente que la sujetó fuertemente, le propinó algunos cachetazos y la amenazó con un largo cuchillo con la intención de llevarla a un bosque cercano para abusar de ella.
El hermanito no dudó un instante y se abalanzó sobre el agresor que lo rechazó violentamente para luego arrojarle con fuerza una pesada piedra que impactó en su cabeza, matándolo instantáneamente. El adolescente asesino, que amenazó además a la niña de muerte si contaba lo ocurrido, corre ahora el riesgo de recibir la pena de muerte.