Un niño británico de seis años, firme creyente en la existencia de Santa Claus, pidió a sus padres que ensanchen la chimenea de la casa que están construyendo para que pueda pasar con comodidad la generosa barriga del legendario repartidor de regalos navideños.
Leo Park vio los planos de la casa donde vivirá su familia en Cotswolds y, además de su carta anual a Papá Noel, decidió escribir otra a Jeremy Paxton, el empresario inmobiliario que construye el complejo donde estará la vivienda del niño y sus padres. “Querido señor Paxton: tengo miedo de que la casa de mi mamá no tenga una chimenea lo suficientemente grande como para Santa Claus. Temo que Santa Claus se quede atrapado. Le ruego que me ayude”, escribió el niño.
Lejos de desdeñar la propuesta, Paxton decidió darle el gusto y le encargó a un matemático una fórmula especial para diseñar la chimenea a prueba de vientres voluminosos como el de Papá Noel.
La ecuación tomó en cuenta no solo el volumen del personaje sino también los factores de riesgo a la hora de ingresar en el conducto de una chimenea.
La chimenea en cuestión fue puesta a prueba por un Santa Claus que, además de gordo, estaba vestido con su uniforme característico.
El personaje fue levantado por una grúa frente a los ojos encantados del pequeño Leo.
“Fue el mejor día de mi vida”, dijo el niño cuando el falso Santa Claus salió con éxito por la puerta de la casa, todavía en construcción, con su clásico saludo “ho, ho, ho”.
El único potencial inconveniente es que la familia Park no podrá ocupar su nueva casa hasta diciembre del año próximo, cuando Leo ya habrá cumplido siete años y podría haber dejado de creer en el hombre de los regalos, los trineos y los renos.