La compañía británica British Petroleum (BP) reanudó ayer las operaciones con dispersantes en el golfo de México, para intentar contener el derrame de crudo, tras el fracaso de la colocación de la cúpula gigante.Autoridades federales y estatales estadounidenses “consintieron la tercera prueba con dispersante subacuático, por 24 horas”, dijo el vocero de BP, John Curry. Los disparos se efectuaron a través de un largo tubo por medio de submarinos robóticos a control remoto directamente en el lugar de la fuga. Se espera que el dispersante quiebre la composición del crudo, lo que con el paso del tiempo hará que la mancha flotante se reduzca a partículas más pequeñas que puedan biodegradarse.Los críticos de la medida sostienen que el dispersante puede provocar muchos problemas una vez disuelto en el fondo del mar.La Universidad de Luisiana estudiará las aguas profundas y las de la superficie para monitorear el impacto del dispersante. Además, la administradora de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU., Lisa Jackson, viajó a “observar el esfuerzo que se realiza para mitigar el impacto medioambiental y humano”.Medioambientalistas, camaroneros y pescadores temen que el dispersante liquide peces y organismos de la cadena alimenticia.En otra opción que BP maneja para frenar la tragedia, el director ejecutivo, Tony Howard, indicó que se planifica bajar “en las próximas 72 horas” una caja de contención más chica que la cúpula gigante para ubicarla como “sombrero” sobre el punto de fuga.El pozo Deepwater Horizon, de BP, se hundió el 22 de abril, dos días después de una explosión que mató a 11 personas. Para la firma Transocean, la causa principal de la explosión fue una falla en el concreto o en el revestimiento del sello del pozo en el lecho marino. Este testimonio será presentado hoy ante el Congreso.