Redacción Siete Días y Agencias
Parece que finalmente hubo reacción de quienes editan en español ante el libro digital. Pasando por alto los problemas de la piratería que tanto los acecha y ante la amenaza de Amazon y Apple como posibles competidores en el negocio, editoriales como Random House, Grupo SM, Santillana y Planeta, se juntaron para presentar Libranda a los libreros de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal).¿Qué es Libranda? Es una plataforma de distribución de contenidos digitales en castellano y catalán que comenzará a operar con unos 5 000 títulos. Será la gran biblioteca global donde las editoriales facilitarán las descargas de sus títulos.
Nuevos contenidos digitales para desafiar la cultura tradicional del papel. Este es uno de los principales cometidos de Libranda y de las editoriales que la componen.
En una innovación que se mira atentamente en un mercado que avanza todavía a tientas, el modelo de negocio de Libranda respetará la estructura clásica de la venta de libros.
El sitio web no venderá libros electrónicos directamente al público, sino a las librerías. Aquellas cadenas y locales que cuenten con la tecnología adecuada -librerías tradicionales y tiendas ‘on line’- podrán hacer llegar los libros electrónicos a sus clientes.
Para evitar la piratería, enemigo número uno de las descargas, el cupo es de hasta seis copias. Es decir, el usuario que compre un título podrá prestarlo hasta seis veces, aunque no será posible una redistribución. El usuario que haya recibido un e-book en préstamo no podrá prestarlo después.
“Ni siquiera se podrá copiar el libro en un ‘pen drive’, pero sí se podrá descargar el enlace con el fichero, explica Fernando Valverde, presidente de Cegal.
El nuevo negocio busca atraer al formato digital a los escritores -muchas veces reacios todavía- con mejores perspectivas de ganancias.
“En la reunión de la Cegal hemos percibido que se han superado las reticencias que algunos libreros habían mostrado ante la edición digital y creo que han salido contentos de la información que les hemos ofrecido”, señalaron fuentes de Libranda.
La industria del libro y todos los agentes involucrados en ella (escritores, editores, lectores, libreros, etc.) están experimentando la transformación más importante en siglos.
La idea es que si normalmente el autor se llevaba un 10% del precio final de cada libro vendido por concepto de derechos de autor, ahora reciban con esta plataforma una retribución cercana al 20 ó 25% del precio neto final en el mundo digital.
Con la irrupción del libro digital, el vendedor conservará el 30% de ganancias, pero los que empezarán a ganar más serán los editores -que ahorran el proceso de impresión- y, si se mejoran los actuales acuerdos de ganancias, los autores.
Los principales damnificados serán tanto impresores como distribuidores. La modalidad digital de lectura hace innecesaria su participación en el proceso. El papel de los libreros es quizá el que, de entrada, resulta más complicado pronosticar.
El proyecto supondría un empuje a la implantación en España, a gran escala, del libro electrónico, que por el momento distribuyen pequeñas empresas con un catálogo reducido.
Libranda se sumaría a iniciativas como Leqtor, que arrancó en diciembre del 2009 como librería digital.
La expansión del mercado de libros electrónicos es consecuencia del crecimiento de los eReaders, una escena hoy dominada por el Kindle, el artefacto de Amazon, pero seriamente amenazado por el iPad de Apple.
Si bien este último es más que un lector de libros electrónicos, un dato revela hasta qué punto su lanzamiento hace temblar los cimientos de la naciente industria del e-book. Según una reciente encuesta, el 60% de los estadounidenses escuchó hablar del iPad mientras que solo el 37 % del Kindle.
Los libros electrónicos estarán presentes en las tiendas junto a los libros de papel durante una larga temporada. Sin embargo, hay que ir preparándose a fondo para la aparición de más contenidos digitales.
Este es un paso al frente de una industria obligada por las circunstancias.