El presidente francés François Hollande, proyectaba utilizar su conferencia semestral de prensa, realizada ayer, 14 de enero, para imprimir un nuevo impulso a su gobierno, con una serie de anuncios espectaculares en materia económica.
Pero el escándalo provocado por su romance con la actriz Julie Gayet ha tomado tales proporciones que afirmar que “no es el lugar ni el momento” no cesó las inquietudes de unos 600 periodistas locales y extranjeros. Tuvo que admitir que vive “momentos dolorosos” en la relación con su pareja, Valerie Trierweiler, quien fue internada en un hospital conmocionada tras las revelaciones de la revista Closer.
Una crisis de orden privado que pasó a ser pública
Un año y medio después de llegar al poder, y con una popularidad casi nula (24% de opiniones favorables), Hollande proyectaba desarrollar y dar gran relieve al llamado “pacto de responsabilidad”, propuesto a las empresas en su mensaje de fin de año. Esa iniciativa prevé reducir los costos laborales para mejorar la competitividad de la industria, a cambio de un aumento de la contratación de mano de obra.
Pero todos esos proyectos corren el riesgo de resultar “parasitados” por el “ruido mediático” de esta crisis que atraviesa su pareja. Una crisis de orden privado que se desplazó al terreno político cuando quedó en claro que, en las semanas que duraron los encuentros con su amante en un departamento a escasos 200 metros del Palacio del Elíseo, ni Hollande ni sus servicios de seguridad tomaron la más mínima precaución en términos de seguridad.
“Creo que el Presidente está mal protegido. Hay un problema de seguridad y para encontrarse con Julie Gayet asume riesgos”, señaló Sébastien Valiela, autor de las fotos comprometedoras. “Absolutamente nadie lo protegía cuando estaba adentro del departamento. Cuando entraba, la seguridad partía”, afirmó.
Valiela y sus colegas de la revista Closer, que publicó las fotos, habían alquilado un departamento justo enfrente del ‘pied-à-terre’ de Gayet en el 20 de la rue du Cirque. Durante los seis días en que montaron la guardia, ni los servicios del Elíseo ni del Ministerio del Interior parecen haber sospechado la existencia de esa operación: una falta profesional que desató un tsunami de críticas en los medios políticos.
Pero eso no es todo. Porque el departamento donde tuvieron lugar los encuentros románticos, está relacionado de forma indirecta con la banda mafiosa Brisa de Mar, una de las más activas de Córcega. El Elíseo reconoció que (tampoco) nadie en el entorno presidencial investigó los antecedentes de esa propiedad.
Una historia de conquistas
A lo largo de su carrera política, su apariencia le ha valido a Hollande todo tipo de mofas. Apodos como ‘flanby’ (flan) o ‘gordinflón’ lo acompañaron durante la campaña en la que se batía con el mujeriego Nicolás Sarkozy y lo ubicaban como la antítesis del seductor. Fue uno de los pilares en su campaña presidencial del 2012. Sin embargo, si uno revisa su vida personal podrá percatarse que las conquistas siempre lo han acompañado.
Nacido en 1954, mantuvo durante 30 años una relación sentimental con Segolene Royal, quien fue candidata presidencial en el 2007. Procrearon cuatro hijos. Ese mismo año su unión terminó, aunque hacía agua desde mucho tiempo atrás. En aquel entonces, Hollande ya tenía una relación de varios años con la periodista Valérie Trierweiler, quien ahora se volvió la parte traicionada.
En contexto El presidente François Hollande buscó ayer desviar el interés mediático por su vida personal con un discurso centrado en la hoja de ruta para los próximos años, marcada por la necesidad de ahorrar 65 000 millones de euros adicionales antes de finales del 2017.