La ola de frío que azota a Europa desde hace una semana y que ya se ha cobrado decenas de vidas, continuó alterando los transportes por tierra y aire, pero podría empezar a remitir en algunos países.
Aunque los servicios meteorológicos esperan que las temperaturas vuelvan a pasar por encima de cero en gran parte de los países, advirtieron que el deshielo requerirá aún de tiempo.
Cherburgo, en el norte de Francia, por ejemplo trata de volver a la normalidad tras un fin de semana gélido y, sobre todo, pasado por agua.
El desbordamiento de la Divette, un río costero, ha provocado las inundaciones más graves en seis décadas: decenas de personas tuvieron que ser evacuadas y un centenar de viviendas resultaron afectadas: “Acabo de venir par ver”, explicaba ayer por la mañana el propietario de un café. “Es peor que un robo. No sé si podré salir de esto”.
El nivel de la Divette llegó a subir 2 metros en apenas unas horas debido a la lluvia, el deshielo de las grandes nevadas que han caído estos días en la zona y a un fenómeno de marea alta.
Mientras que también ayer los dos aeropuertos más importantes de Escocia, el de Edimburgo y el de Glasgow, reanudaron por la tarde sus operaciones tras haber sido cerrados en la mañana debido a nuevas nevadas en el norte del Reino Unido, según fuentes aeroportuarias.
En España, las autoridades activaron la alerta naranja en cuatro regiones debido a “riesgos importantes” de nevada.