El nuevo brote de violencia en Ucrania obligó a los europeos a endurecer el tono y por primera vez la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, habló el miércoles, 19 de febrero, de posibles sanciones contra el gobierno del presidente Viktor Yanukovich.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) tendrán una reunión extraordinaria el jueves por la tarde para discutir la imposición de sanciones contra Kiev, donde violentos enfrentamientos dejaron el miércoles 25 muertos.
“Se estudiarán todas las opciones, incluyendo sanciones contra los responsables de la represión y de las violaciones de los derechos humanos“, indicó Ashton.
Entre las medidas posibles figuran la prohibición de entregar visas y la congelación de los depósitos de los dirigentes ucranianos involucrados en la represión, adelantó el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento Europeo, Elmar Brok.
Hasta el miércoles de mañana – cuando se celebró en Bruselas una reunión urgente de los embajadores de la UE encargados de las cuestiones de seguridad – la cuestión de las sanciones contra Ucrania no contaba con la indispensable unanimidad entre los 28 Estados miembros de la UE.
“No hay unanimidad porque muchos países vecinos de Ucrania no desean avanzar en la vía de las sanciones afirmando que se trata de un riesgo, un riesgo de que el régimen endurezca aún más el tono frente a la oposición”, explicó el canciller belga, Didier Reynders, quien es favorable a las sanciones.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, afirmó que espera que que los Estados miembros de la UE “podrán ponerse de acuerdo en medidas específicas contra los responsables de la violencia y el uso excesivo de la fuerza”.
Barroso tiene previsto reunirse el miércoles en París con presidente francés François Hollande y la canciller alemana Angela Merkel, que estarían a favor de sanciones contra Ucrania.
“Sangre en las manos”
El jefe del Estado francés afirmó el miércoles que había que estudiar sanciones contra los responsables ucranianos, tras los sangrientos choques que estallaron en Kiev tras un mes de relativa calma.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que “Ucrania ha pagado muy caras las tácticas dilatorias del presidente (Viktor) Yanukovich”.
“Su negativa a llevar a cabo conversaciones serias sobre una solución pacífica del conflicto y una reforma constitucional es un grave error”, subrayó.
Polonia, que como otros tres Estados de la UE tiene una frontera común con Ucrania, afirmó que estaba a favor de sanciones contra Kiev. Pero Rumania, otro país vecino de Ucrania, no se pronunció a favor de un endurecimiento de la posición.
“En este momento de máxima tensión, sólo el diálogo puede resolver la crisis”, destacó el ministro rumano de Relaciones Exteriores, Titus Corlatean.
La hora del diálogo ha pasado, porque Yanukovich “tiene sangre en las manos”, opinó el canciller sueco Carl Bildt, ferviente partidario de sanciones.
Según la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, Ucrania se encuentra actualmente “al borde de la guerra civil”. “Nosotros debemos hablar de sanciones internacionales”, insistió.
Ningún país europeo, ni Estados Unidos, tiene intenciones por el momento de retirar a sus atletas que participan en los Juegos Olímpicos de Sochi, en Rusia, el aliado más fiel de Yanukovich.
El miércoles, Moscú denunció un “intento de golpe de Estado” en Ucrania y declaró que “exige” a los líderes de la oposición de ese país que pongan fin a la violencia.