La disposición de Ecuador de avanzar en la normalización de relaciones, así como la ausencia de miembros visibles del ‘uribismo’ en el equipo de transición de Juan Manuel Santos, son temas estelares en Colombia tras las elecciones del domingo.
Ayer, la opinión pública colombiana valoró el anuncio ecuatoriano de que el presidente Rafael Correa asistirá, el 7 de agosto, a la ceremonia de posesión del presidente Santos, en caso de ser invitado formalmente.“Si hay una invitación, pues evidentemente (asistirá). No veo razones para que no se produzca (la visita)”, manifestó Miguel Carvajal, ministro de Seguridad ecuatoriano, durante una entrevista con Radio La FM.
Las palabras del funcionario fueron destacadas por los principales portales informativos colombianos como una señal de querer avanzar en la absoluta recomposición de los nexos bilaterales, afectados tras el ataque de Angostura del 2008.
El anuncio de la llegada de Correa a Bogotá el 7 de agosto se registró un día después de que Santos revelase que dialogaron telefónicamente y acordaron impulsar el diálogo bilateral.
La analista Natalia Springer valoró el “tono positivo y sereno” que en estas últimas horas ha expresado el Gobierno ecuatoriano, de cara al futuro de la relación bilateral con el nuevo Régimen colombiano. De hecho, ayer, Carvajal anunció que Quito está dispuesto a retomar los diálogos directos con Bogotá, luego de que concluyera la campaña electoral.
Incluso mencionó que lo deseable sería que delegados del Mandatario electo participen en las conversaciones entre ambos ministerios de Relaciones Exteriores, aunque todavía no hay fecha para su reunión.
Y el presidente Correa, en una entrevista en radio Caravana, ayer en Guayaquil, señaló que trabajará con Santos para normalizar las relaciones bilaterales. Sin embargo, precisó que este debe ser un proceso en el “marco de mutuo respeto, estricto apego al derecho internacional y respeto a la soberanía de cada país” .
El otro tema que ha captado el interés es la conformación del equipo de trabajo del Mandatario electo, que se caracteriza por no tener rastros de cuadros identificados como ‘uribistas’. Aunque en el discurso Santos se ha declarado como uno de los más fervientes admiradores de la gestión de Uribe, en la práctica ha optado por mantener alejados a funcionarios y ministros de confianza del Jefe de Estado saliente.
De las nueve personas que trabajan desde el lunes en el proceso de transición, ninguna ha colaborado estrechamente en la administración de Uribe. Al contrario, todas han colaborado con Santos en los ministerios de Hacienda, Comercio Exterior y Defensa.
De entre ese grupo, ayer, Santos realizó su segunda designación de peso. Nombró a Juan Carlos Pinzón como el futuro Secretario General de la Presidencia.
Se trata de un economista que colaboró con él cuando fue Ministro de Hacienda del gobierno conservador de Andrés Pastrana y también fue su viceministro durante su paso por la Cartera de Defensa. El primer ministro nombrado la tarde del lunes fue Juan Carlos Echeverry, en Economía, que tampoco participó en el gobierno ‘uribista’.