Los musulmanes del bajo Manhattan que se acostumbraron a rezar amontonados en un sótano o en las calles de la ciudad dicen que no buscan confrontar con las personas que se oponen a una nueva mezquita; simplemente argumentan que necesitan el espacio.
Algunos neoyorquinos traumatizados por los ataques del 11 de septiembre del 2001 se han enfrentado emocionalmente con la propuesta de construir un centro comunitario musulmán y una mezquita a dos cuadras del sitio del World Trade Center.
La controversia desató un debate acerca de la libertad religiosa en una nación fundada en parte en ese principio. Se prevé que las manifestaciones a favor y en contra marcarán el noveno aniversario de los ataques este año.
Algunos musulmanes dicen entender por qué muchas personas podrían estar molestas por la propuesta y apoyan el intento del gobernador David Paterson de trasladar la construcción a un sitio menos emotivo. “Necesitamos mezquitas en cualquier lugar menos en la Zona Cero. Va a ser un problema todo el tiempo”, dijo Sheikh Hossein, un inmigrante de Bangladesh de 42 años.
En medio de esta polémica, un creciente número de estadounidenses cree que el presidente Barack Obama es musulmán, según una encuesta difundida por Pew Research Center.
El porcentaje de personas que se manifiesta insegura acerca de qué religión practica Obama aumentó a 43%, contra 34% el año pasado. Cerca de 18% de los votantes independientes dijo pensar que Obama es musulmán, ocho puntos porcentuales más que la medición previa, mientras que menos de la mitad de los seguidores demócratas del Presidente creen que es cristiano.
El sondeo fue realizado antes de que Obama entrara en la amarga discusión sobre los planes para construir la mezquita a pocas cuadras de donde se erigían las Torres Gemelas. Ayer, la Casa Blanca reiteró una vez más que el presidente Obama es ‘cristiano’.