‘Yo nací en 1992. Ustedes han estado negociando toda mi vida. No pueden decirnos que necesitan más tiempo”.
Cristina Ora, de las Islas Salomón, se quejaba ante los delegados de las conversaciones de Naciones Unidas para afrontar el cambio climático. Esta parte de su discurso, ofrecido durante una cumbre en Copenhague en el 2009, estaba estampado en las camisetas de los activistas en el último encuentro para negociaciones en México, expresando la exasperación por los pequeños avances para reducir las inundaciones, sequías, olas de calor y el aumento de los niveles del mar debido al calentamiento global.
La conferencia de dos semanas y 190 naciones en Cancún acordó el sábado intensificar las medidas frente al cambio climático, incluyendo un fondo de USD 100 000 millones al año para ayudar desde el 2020 a los países pobres y acciones destinadas a proteger a las selvas y bosques tropicales.
Casi todos admiten que las iniciativas anunciadas están lejos de las acciones necesarias. La cumbre en Cancún resaltó que la aprobación de un tratado está fuera de alcance debido a los dispares intereses económicos de China, Estados Unidos, los países exportadores de crudo de la OPEP y las islas del Pacífico.
“Indica que el cambio climático ya está ocurriendo y sus efectos catastróficos están ahí: inundaciones en Pakistán, olas de calor en Rusia, China”, dijo el ministro de Medio Ambiente de Noruega, Erik Solheim.
El panel de científicos del medioambiente de la ONU dijo en el 2007 que las emisiones de efecto invernadero deberán controlarse para el 2015 a fin de limitar el aumento en las temperaturas mundiales a 2 grados centígrados sobre la época pre industrial, un objetivo consensuado en Cancún.
Pero en base a las actuales proyecciones, eso no sucederá. Las políticas para combatir el cambio climático llevarán a un aumento de las temperaturas globales en alrededor de 3,6 grados centígrados sobre la era preindustrial, según Niklas Hoehne, director de energía y cambio climático de la consultora Ecofys.
Más conciencia en A. Latina
Ayer la página en español de la BBC de Londres citó una declaración de Antonio Hill, de Oxfam, respecto a que “la mayor sensibilidad pública como consecuencia de la celebración del evento en México se suma a una mayor conciencia de la vulnerabilidad de la gran mayoría de la población regional frente al cambio climático”, concluye.
Si bien las participaciones de los países de la región fueron disímiles -Bolivia anunció que irá al Tribunal de Justicia de La Haya para impugnar el documento final de la Conferencia de Cancún- el análisis puntualiza que varios de la región habían anunciado previamente sus intenciones de reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero.
“México, Brasil y Costa Rica anunciaron ambiciosos planes de reducción. Costa Rica, por ejemplo, quiere ser libre de carbono para el año 2021. Colombia, Perú y Chile también se comprometieron a reducir sus emisiones con una variedad de métodos”, puntualiza el análisis.
La renovación de Kioto, que implica nuevos compromisos de recortes de emisiones de los países ricos, es el dificilísimo tema que heredará la próxima conferencia del clima a realizarse en Durban (Sudáfrica) a final del próximo año. “Debemos ser conscientes de que todavía tenemos un largo y difícil camino por delante para alcanzar el objetivo de un acuerdo global y vinculante” que defina los aportes de cada país, advirtió la comisaria europea del Clima, Connie Hedegaard.