El Servicio Secreto encargado de la seguridad del presidente estadounidense Barack Obama vuelve a estar en el centro de un escándalo: tres agentes de la custodia presidencial fueron enviados a casa desde Holanda tras haber pasado la noche bebiendo y disfrutando de la noche de Amsterdam.
Un vocero de los Servicios Secretos, Ed Donovan, dijo que los tres agentes fueron enviados a sus casas “por razones disciplinarias”, y que están bajo investigación.
The Washington Post informó hoy 26 de marzo que los tres agentes, todos ellos miembros del Secret Service Agency’s Counter Assault Team (CAT), salieron a disfrutar de la noche de Amsterdam el sábado por la noche, horas antes del arribo de Obama el lunes pasado.
En la mañana del domingo, empleados del hotel donde se hospedaban los agentes, alertaron a la Embajada de Estados Unidos que uno de ellos estaba durmiendo, en evidente estado de ebriedad, en un pasillo de la propiedad.
Así lo confirmaron además algunos huéspedes del hotel. La Embajada alertó luego a los funcionarios del Servicio Secreto que están a cargo del viaje presidencial. El incidente se registró en Noordwijk, en el Huis Ter Duin Hotel, adonde se alojó Obama el lunes por la noche.
Se trata de una localidad situada a 15 minutos de La Haya. El incidente trajo rápidamente a la memoria el caso de los agentes secretos estadounidenses que llevaron prostitutas a su hotel en Cartagena (Colombia) en abril de 2012.
Obama llegó a Holanda el lunes por la mañana, como parte de su viaje por Europa y por Arabia Saudita, en medio de las tensiones con Rusia tras la reciente incorporación de Crimea a su territorio.
Las identidades de los agentes secretos separados no fue dada a conocer. Uno de ellos era líder de equipo. La tarea del equipo de Asalto es la de proteger al presidente en caso que sea blanco de un ataque.
Se trata de agentes experimentados, responsables de “la última línea de defensa”. Aquellos agentes que son elegidos para integrar la CAT poseen grandes habilidades, y están extremadamente bien entrenados. Mark Sullivan, director de los Servicios Secretos en aquel entonces, se disculpó por la conducta de sus agentes en Colombia, y finalmente fue retirado de su cargo en febrero de 2013, tras 30 años en la agencia.