Así se puede calificar la labor que a diario ejecuta un grupo de empleados en Islamabad, capital de Pakistán, un país ubicado en el sur de Asia.
Extenuante y peligrosa. Así se puede calificar la labor que a diario ejecuta un grupo de empleados en Islamabad, capital de Pakistán, un país ubicado en el sur de Asia.
En esta planta para fabricar acero las normas de seguridad no son las más adecuadas y se trabaja con lo que se tiene: botas y pañuelos para cubrir los rostros.
Los obreros involucrados en la fundición están obligados a realizar turnos de una hora debido al calor extremo.
Los trabajadores cubren sus rostros con pañuelos. Eso les ayuda a enfrentar los efectos del calor.
Dando forma al acero. Con gran habilidad un trabajador pakistaní de la acería maniobra las interminables varillas incandescentes.
El cansancio se apodera de cuatro obreros. La fundición de hierro es una de las tareas más duras.
Después de cumplir su turno un empleado de la fábrica se lava el cuerpo con agua para refrescarse.
El agotamiento terminó por doblegar a este obrero, quien se acostó a dormir en las barras de acero.
FOTOS: AFP