Alfredo Rivera C.,
Martha Hernández G
Hace casi tres meses, en cambio, soportamos agresiones verbales hacia la clase médica y hacia nuestra especialidad, por parte de la primera autoridad del Estado.
Ser médico indiscutiblemente no es fácil, es la carrera más larga, costosa, de mucha dedicación y con riesgo elevado. En tal virtud, indigna el trato agresivo y acciones beligerantes, luego de tanto esfuerzo.
Solicitamos al señor Presidente de la República otorgarnos el respeto debido que es la base fundamental de toda relación humana; también, buen ejemplo, porque no se concibe que sea la primera autoridad del país quien propicie el insulto y rebaje a la clase médica y a nuestros especialistas, máximo cuando sus acciones están orientadas a rescatar primero lo nuestro.
Adicionalmente, pedimos tranquilidad, porque esa es la mejor guerra que puede ganar: la de proporcionar paz y seguridad a su pueblo.