El joven quedó tendido en el suelo, boca abajo e inmóvil. Perecía inconsciente. Junto a su cuerpo estaba una motocicleta destruida y alado de esta, un automóvil verde también abollado.
El conductor del carro se tocaba la cabeza mientras daba vueltas en círculos e intentaba explicar a los agentes de tránsito que él, supuestamente, no tuvo la culpa.
En el suelo, en cambio, un equipo de Bomberos, sostenía la cabeza del joven que yacía en el asfalto.
Es la escena de un accidente de tránsito. Ocurrió a las 20:30 en el redondel de la Plaza Artigas, entre las avenidas Colón y Coruña, en el norte de Quito. En esa rotonda un vehículo impactó contra el motorizado de forma lateral.
A causa del fuerte golpe, el motociclista perdió el equilibro y cayó. Según el bombero, Carlos Taipe, el joven se quejaba de un fuerte dolor en el brazo y el en hombro izquierdo.
Su cabeza aparentemente no parecía haber sufrido golpes pues el casco estaba todavía entero.
Cristian Velástegui, un vendedor informal, fue testigo del hecho. Contó que la motocicleta daba la vuelta el redondel cuando el automóvil intentó ingresar, pero chocó con ella.
El peatón fue la primera persona en dar los primeros auxilios al motocilcista. “Le toqué el pulso y luego vi que respiraba bien. El señor intentó moverse, pero le dije que estuviera quieto hasta que llegara la ambulancia, que fueron como 20 minutos más tarde”, cuenta el testigo, quien asegura aprendió primeros auxilios en el Ejército.
Este joven se quedó en el lugar hasta que llegó la ambulancia y el motociclista fue llevado a una casa de salud.