Redacción Deportes
Los pies, al igual que las manos o el rostro, requieren de cuidados y mimos para conservarse lozanos y saludables. Pero, sobre todo, para preservar su buen funcionamiento.
Por ello, es indispensable consentirlos después de ejecutar una caminata sencilla o de correr una maratón. Pues sobre ellos se descarga todo el peso del cuerpo.
Con masajes, colonias y aceites naturales se los puede mantener vigorosos, evitando calambres, desgarros y aliviando el cansancio de la jornada deportiva.
Para precautelar la integridad de los pies desde el inicio de la actividad física, es necesario realizar un correcto calentamiento, según Sara Racines, podóloga (experta en el cuidado de los pies).
Después del ejercicio, es necesario tomar un duchazo general para estimular la circulación de la sangre y relajar los músculos.
Allí, debe masajear las partes involucradas con jabón de baño.
Una vez duchado, el deportista debe acostarse boca abajo y subir lentamente la pierna, hasta formar un ángulo de 90°. Con esa actividad disminuye la irrigación y se evitan los dolorosos calambres, puesto que los músculos no se contraen bruscamente. Después, debe seguir la guía (ver infografía) para completar el tratamiento.
Posterior a ello, recuéstese en la cama y no haga más ejercicios físicos que involucre a los músculos que trabajaron anteriormente.
Por ningún motivo, después de practicar algún deporte, sumerja los pies en agua caliente o en agua con sal. La primera opción irrita la piel, mientras que la segunda la reseca y la cuartea.
Para estimular la circulación de la sangre y evitar calambres basta con un poco de agua tibia.
Un ‘tip’ para contrarrestar la sudoración de los pies consiste en rosearlos con cualquier colonia a base de alcohol. Para su cuidado está prohibido el uso de talco, pues los reseca.
Así mismo, se debe evitar el uso de limas y piedra pómez para eliminar los callos. Para removerlos úntese de forma circular un poco de aceite de almendras.
Finalmente, visite al podólogo por lo menos una vez al año.