Concepción , DPA
Comandos militares con puentes mecano, bencina y alimentos iniciaron hoy junto a cuadrillas civiles la reconstrucción del sur de Chile, destruido por uno de los peores terremotos de la historia el sábado pasado.
Una caravana de 50 camiones con material de construcción y vituallas ingresó a la ciudad de Concepción, convertida en el epicentro de la tragedia, que ya suma 795 muertos contabilizados y un número aún desconocido de desaparecidos.
Hombres, mujeres y niños suben a los techos de sus casas y botan murallas, en un intento por recomenzar sus vidas, interrumpidas por la furia de la naturaleza y los saqueos que luego asolaron Concepción, Lota, Coronel y Tomé, entre otras urbes. “Hay que echar todo abajo y empezar de nuevo”, dijo a dpa Pedro Sánchez, un habitante del pueblo costero de Cobquecura, el epicentro mismo del sismo de magnitud 8,8 en la escala de Richter que estremeció Chile.
En esa localidad y los pueblos campesinos aledaños, la normalidad vuelve a reinar, a diferencia de lo que ocurre en Concepción, la capital regional, donde el despligue de militares y el toque de queda aún son necesarios para controlar la situación. Este martes nadie pudo circular por las calles después de las 18.00 horas (locales) y hasta las 12.00 horas del miércoles.
En total, 18 horas de enclaustramiento, para evitar el pillaje. Las detenciones ya boredean el centenar, pero sin números precisos. La propia presidenta Michelle Bachelet, fuertemente criticada por la lentitud con que el gobierno desplegó las Fuerzas Armadas, viajó hoy a la ciudad de Curicó, cuyo casco antiguo está en los suelos. “Estamos llegando a todas partes”, aseguró la mandataria. “Hay barcazas en Iloca, Duao y Cobquecura (…) hay que tener paciencia”, insistió.
Pero la tarea será titánica. El gobierno estima que 500.000 casas fueron seriamente dañadas por el movimiento telúrico y el tsunami que luego afectó las costas. En total, una extensión de 1.600 kilómetros fue remecida por el movimiento telúrico. La propia policía se comunica enviando mensajes en papel con lugareños que viajan de un pueblo a otro, en zonas como Coelemu y Cobquecura. “Así estamos”, dijo a dpa el cabo Jorge Bustos. Otra tarea es la de garantizar los alimentos, luego del saqueo de comercios. “Hoy estaremos en condiciones de entregar 240 000 raciones, para posteriormente llegar a la suma de 600.000”, a través de los colegios, aseguró la ministra de Educación, Mónica Jiménez.
Las cifras son enormes y por lo mismo muchos pobladores no ven horizonte y claman más ayuda. “Necesitamos alimentos pañales y carpas. Estamos durmiendo en cerros, en la interperie”, reveló Sergio Veloso, dirigente vecinal de la isla Santa María, arrasada por el tsunami.
El paso de las horas, y los problemas que aún persisten en suministro de luz, agua y alimentos, parecen confirmar las críticas a la reacción del gobierno y las Fuerzas Armadas, una de las poderosas de Sudamérica. El general de Ejército Guillermo Ramírez, quien debió tomar el control militar de la región del Bio Bío, reconoció hoy que la autoridad demoró en actuar. “Debimos aplicar más rigurosidad”.
La crisis es especialmente grave en los hospitales, muchos de los cuales quedaron inutilizados y deben actuar en centros de campaña, como en Chillán, Concepción y Puerto Saavedra, por ejemplo. “Hay colegas que han estado tres días haciendo turnos”, dijo el director del Hospital Las Higueras de Talcahuano, Alfredo Jerez. “Están agotados y necesitan renovar fuerzas”, agregó pidiendo el socorro de facultativos de otras zonas.
En ese panornama, los medios de comunicación son hoy los buscadores virtuales de los desaparecidos, cuya cifra nadie conoce cabalmente. Algunas radios que comienzan con coberturas especiales por la catástrofe llaman a la calma y se convierten en los buscadores virtuales de familiares y desaparecidos. “No sabemos qué pasa con nuestras familias”, “no nos podemos comunicar” son las frases que inundan las señales.
Desde el extranjero, el socorro comienza a llegar también. El presidente del Perú, Alan García, tras arribar con ayuda a Chile, anunció que llevará de regreso a su país a todos los peruanos residentes en Chile que lo deseen. “Los aviones (militares peruanos) regresarán a los peruanos que deseen volver al Perú”, indicó. Según sus datos, hay 1.007 ciudadanos del Perú “damnificados graves identificados” por el terremoto.
También la secretaria de Estado nortemericano, Hillary Clinton, se reunió en Chile con la presidenta Michelle Bachelet y el mandatario electo, Sebastián Piñera, para ofrecer su ayuda. De hecho, Clinton aseguró que su gobierno está “trabajando” para “cubrir la necesidad de equipos autónomos de diálisis” y que está dispuesto a “adquirir y enviar” generadores eléctricos y provisiones médicas. Así, poco a poco, Chile comienza a reconstruir sus calles y su institucionalidad, tal vez lo más dañado por la falta de reacción del gobierno y los saqueos generalizados.