Bruselas, DPA
El representante especial para el cambio climático de México, Luis Alfonso De Alba, aseguró hoy que se equivocan quienes pretenden dar por muerta “antes de nacer” la cumbre mundial sobre el clima, patrocinada por la ONU, que se celebrará en Cancún a fines de este año.
De Alba se reunió hoy en Bruselas con varios eurodiputados y con la comisaría europea para el Clima, Conie Hedegaard. “Es un mensaje equivocado. Nunca rebajaré las expectativas, ése no es el camino”, dijo De Alba en rueda de prensa.
El funcionario mexicano también rechazó la visión derrotista de quienes afirman que la última cumbre del clima celebrada en Copenhague en diciembre pasado fue un estrepitoso fracaso, sobre todo porque no se fijaron objetivos vinculantes de reducción de emisiones de dióxido de carbono (C02).
La cumbre de Copenhague pretendía sentar las bases de un nuevo acuerdo global contra las emisiones de gases de efecto invernadero (como el C02) y superar así el ya desfasado Protocolo de Kioto, que expira en 2012. “Allí (en Copenhague) se sentaron bases para seguir avanzando”, subrayó.
Entre los temas que se analizarán en Cancún figuran posibles futuros objetivos vinculantes de reducción de emisiones nocivas, la financiación a países en desarrollo, la gestión de bosques y la transferencia de tecnología.
De Alba subrayó que aunque hay un compromiso para transferir 100 000 millones de dólares anuales a partir de 2020 a los países más pobres del mundo para ayudarles a luchar contra el cambio climático, es una incógnita de dónde vendrá el dinero. “Ése es un tema fundamental que se debe tratar en Cancún”, sostuvo.
Los países ricos del globo acordaron en Copenhague poner a disposición de los menos favorecidos un fondo de 30 000 millones de dólares entre 2010 y 2012. La UE se ha comprometido a una reducción unilateral de sus emisiones de C02 de un 20 por ciento para 2020 y propuso llegar a un 30 por ciento si otros grandes contaminadores globales como China o Estados Unidos la seguían en el esfuerzo.
No obstante, según fuentes cercanas a la Comisión Europea, el objetivo del 30 por ciento parece ya abandonado.