Los turistas visitan el Monumento a los Judios asesinados de Europa, el Memorial del Holocausto, en Berlín. Foto: AFP
Inaugurado en 2005, el Memorial del Holocausto de Berlín se convirtió en estos últimos diez años en un lugar de visita obligada para los turistas, sin convertirse como se temía en blanco de los nostálgicos del Tercer Reich.
El monumento está dedicado a los judíos europeos asesinados en el marco de la llamada ‘Solución Final’; es decir, la estrategia que pusieron en marcha los nazis para llevar a cabo el genocidio.
Inaugurado el 10 de mayo de 2005, 60 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial y al término de 17 años de fuertes debates, este espacio acoge anualmente a cerca de 500.000 visitantes, tanto de Alemania como del mundo entero, según explica su director Uwe Neumärker.
El memorial se encuentra ubicado en pleno corazón de Berlín, su entrada es gratuita y fue diseñado como un vasto laberinto de más de 2.700 bloques de cemento, instalados sobre un espacio tan grande como el de tres campos de fútbol, en medio del cual los visitantes pueden deambular a su antojo. El sitio propone igualmente un museo subterráneo consagrado a los testimonios de víctimas y sobrevivientes del Holocausto.
En su origen, el proyecto fue muy criticado, por su concepción, que se juzgaba de ser muy abstracta. Además de otros aspectos como su emplazamiento, a dos pasos de la Puerta de Brandeburgo y sobre el lugar mismo, en el que se erguía la cancillería de Adolfo Hitler.
Después de su inauguración aparecieron pintadas cruces esvásticas y estrellas de David en los bloques de cemento, las cuales fueron rápidamente borradas, recuerda la periodista alemana Lea Rosh, quien jugó un rol esencial en la elaboración del proyecto.
Actualmente, “nadie se hace estas preguntas, todo el mundo parece aceptar que él (el memorial) está ahí y que se va a quedar” , señala su diseñador, el arquitecto americano Peter Eisenman, para quien “ el silencio sobre las inquietudes es uno de los (ejemplos) más positivos del éxito ” del Memorial.
Un lugar “de vida”
Después de la reunificación, en 1990, la instalación de estructuras políticas federales en Berlín habría quedado “incompleta” sin la “conmemoración” de la masacre de seis millones de judíos europeos, “la peor aberración en la Historia de Alemania”, señala Norbert Lammert, presidente de Bundestag, la cámara baja del Parlamento.
La génesis del Memorial fue algo traumática: inicios fallidos, trabajos que se pospusieron hasta 2001 y nuevas fallas dos años después.
En estos últimos años, varias fisuras han aparecido en los bloques, por lo que se adelantan estudios, que han sido confiados a Neumärker, aunque se ignora “el costo y el tiempo” necesario para las reparaciones, explicó.
El hecho de que muchos niños jueguen entre los bloques y que los escalen no implica ningún problema, explica el director, quien insiste en la idea fundamental de que el Memorial es un lugar “lleno de vida” .
Sin embargo, desde hace algún tiempo, los empleados se han visto obligados a desalentar “comportamientos inapropiados” , como los baños de sol en los bloques.
Para Ingeburg Geissler, sobreviviente del Holocausto, de 82 ans, el monumento es exitoso. “ Es un lugar donde la gente viene y pasa su tiempo. Eso muy positivo ” , le explicó a AFP .
Entre sus visitantes se cuenta Benjamin Netanyahu, Primer Ministro israelí (en 2010) , o Michelle Obama, primera dama de Estados Unidos (en 2013) .