San José, Tegucigalpa. Reuters y AFP
Las negociaciones por la crisis en Honduras tras el golpe de Estado naufragaron ayer, llevando al mediador, el presidente costarricense Óscar Arias, a hacer un llamado desesperado a retomarlas en 72 horas para evitar un derramamiento de sangre en el país.
Las conversaciones fracasaron luego de que los representantes del Gobierno, surgido del golpe de Estado de hace tres semanas, rechazaran la propuesta de Arias de restituir al depuesto mandatario Manuel Zelaya, para completar su mandato.
“Lo siento mucho, pero las propuestas que usted ha presentado resultan inaceptables para el Gobierno Constitucional de Honduras que yo represento”, dijo ante la prensa Carlos López, de la delegación del Gobierno interino, dirigiéndose al mediador.
Arias había puesto sobre la mesa una propuesta que incluía restituir a Zelaya hasta el término de su mandato a fines de enero, formar un Gobierno de coalición, adelantar comicios, declarar amnistía para los delitos políticos y la renuncia del depuesto mandatario a hacer un referendo, entre otros puntos.
Pero, la intransigencia de las dos delegaciones rivales para negociar el primer punto envió las negociaciones a pique.
“Este diálogo con esta comisión de este régimen de facto producto del golpe militar ha finalizado, y ha finalizado este día por esa intransigencia”, dijo Rixi Moncada, representante de Zelaya.
En un desesperado intento, Arias, premio Nobel de la Paz, pidió tres días de plazo para tratar de volver a sentar a los rivales políticos en la mesa de negociaciones. “Yo quiero tomarme 72 horas para continuar trabajando, esta vez de una manera más ardua para ver si podemos realmente lograr un acuerdo entre las partes en conflicto”, refirió Arias.
“La alternativa es que se va a derramar sangre en Honduras si no llegamos a un acuerdo que le permita regresar al presidente Zelaya pacíficamente”, agregó el laureado con el Premio Nobel. “Es mi obligación insistir hasta donde me den las fuerzas”, subrayó.
Seguidores y detractores de Zelaya se movilizaron por las calles de Honduras tras el golpe, llevando al Gobierno interino a declarar un toque de queda que se extenderá hasta el lunes. Las protestas dejaron hasta ahora un muerto, luego de que las fuerzas de seguridad reprimieran una manifestación pro Zelaya en las afueras del aeropuerto de Tegucigalpa durante un frustrado intento del Mandatario depuesto por regresar al país.
“A partir de mañana (por hoy) vamos a tomar medidas más drásticas”, anotó Barinia Morales, de la Central Unitaria de Trabajadores de Honduras y partidaria de Zelaya. “Ellos acaban de declarar una guerra civil. Ellos son los que rechazaron el diálogo”, agregó.
Por su lado, la Organización de Estados Americanos (OEA), que excluyó a Honduras del organismo tras el golpe de Estado y exhortó a devolver a Zelaya al poder, criticó la actitud de la delegación del Gobierno interino.
“De no aprobarlo (el acuerdo) se corre el riesgo de que la situación salga de su cauce normal y que tengamos algo que no queremos tener, que es violencia en Honduras”, comentó en Washington el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza. “Debemos aguardar las 72 horas que ha pedido el presidente Arias con la esperanza de que esto (…) haga recapacitar a los que han rechazado la propuesta y aceptarla”, agregó.
Sin embargo, el gobierno del presidente interino Roberto Micheletti, que acusa a Zelaya de haber violado la Constitución y ha librado órdenes de arresto en su contra y desplegado soldados en distintos puntos del país por si intenta volver, no dejó muchas esperanzas de llegar a un acuerdo. “Eso no es negociable ni en 72 horas”, dijo la vicecanciller interina de Honduras, Martha Alvarado.
En medio del naufragio de la mediación, desde Managua, donde permanece ahora, Zelaya confirmó anoche que comienza a preparar el retorno a su patria y “la resistencia popular”, aunque no dio mayores detalles al respecto. El depuesto gobernante también advirtió que nadie puede impedir su retorno a
Tegucigalpa tras el fracaso de las negociaciones sobre la crisis abierta con el golpe de Estado.
Zelaya, además, pidió al resto de los países que mantengan su unanimidad contra el Gobierno de facto hondureño.
EE.UU. sigue la situación
La BBC informó que en círculos diplomáticos de Washington se dice que EE.UU.desplazó a la OEA y recurrió a la mediación costarricense para anular el peso que estaban adquiriendo en el manejo de la crisis países como Venezuela, Nicaragua y Ecuador.
EE.UU. sigue de cerca la situación en Honduras, que deberá ser resuelta por los hondureños tras el fracaso de las negociaciones. Así lo indicó ayer Rob McInturff, uno de los vocero del Departamento de Estado.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, rechazó la posibilidad del envío de los cascos azules de la ONU a Honduras.