Varios alcaldes acompañaron a Medardo Chiliquinga (centro) el miércoles 3 de mayo de 2017. Foto: Cortesía Diario Ambateño
Los pedazos de hormigón que destruyeron la casa de la familia Mecías Ojeda todavía permanecen esparcidos en las cercanías del estadio del caserío Leitillo, en el cantón Patate.
Son los restos del muro que el 29 de agosto del 2012 aplastó a tres hermanos de una familia campesina: José Luis Mecías (22 años), Isaac (15 años) y Micaela (7 años), quienes se encontraban en sus habitaciones cuando el muro se desplomó.
La mamá de los tres chicos también quedó atrapada entre el lodo, las piedras y los enseres, pero se salvó.
La intensa lluvia de la madrugada hizo que la estructura cediera, aunque luego también se atribuyó el colapso a una posible baja calidad de los materiales usados en la obra contratada por el Cabildo.
Tras el hecho, los familiares de la fallecidos iniciaron un juicio contra del entonces alcalde de Patate, Medardo Chiliquinga, y dos personas más.
Luego de cinco años de litigio, los jueces de la Corte Nacional de Justicia ratificaron el fallo de la Corte de Justicia de Tungurahua y con eso Chiliquinga deberá pagar un año de cárcel por homicidio inintencional. En cambio, dos técnicos fueron sentenciados a uno y dos años de prisión, pues fueron procesados por ser los responsables en la edificación de un muro de contención.
Uno de ellos ya cumplió la condena, mientras que otro se encuentra prófugo.
Los tres involucrados también debían cancelar USD
42 048 cada uno, como indemnización por los tres fallecidos, y estaban obligados a reconstruir la vivienda que quedó semidestruida.
Pero la Corte Nacional ordenó que paguen USD 62 000.
Luego de pasar las etapas procesales, el exburgomaestre se entregó a las autoridades policiales y de la Unidad Judicial Multicompetente Penal en Pelileo. Esto ocurrió el miércoles 3 de mayo de 2017, cuando alcaldes de Baños de Agua Santa, Cevallos, Sigchos y otros acompañaron a Chiliquinga a entregarse.
“Me siento tranquilo. Ahora me pongo a disposición de la ley y las autoridades, porque no he cometido delito alguno”, dijo el exfuncionario, antes de ser privado de la libertad.
Olga Muñoz, esposa del detenido, indica que con las ganancias del restaurante en la parroquia Sucre y la venta de los tomates de árbol sustentarán el hogar en ausencia de su esposo. Presurosa barre el local donde venderá almuerzos y papas fritas a los vecinos.
La esposa, de 47 años, indicó que dentro de 15 días lo visitarán junto a sus hijos en el Centro de Rehabilitación Social de Ambato, en Tungurahua.
Sus ojos están hinchados, pues dice que no ha dejado de llorar. “Tuvimos que vender dos lotes de terreno en Sucre, una casa que me dejó de herencia mi padre en la parroquia El Triunfo y un vehículo. Con eso logramos pagar una parte de la indemnización”.
Ahora, los abogados gestionan ante los jueces un arresto domiciliario. “Esperemos que todo salga bien y poder tenerle cerca”, asegura Muñoz.
En el caserío Leitillo hay división entre sus vecinos. En este sector, en el que se producen mandarinas, tomate de árbol y maíz, unos están a favor de la familia y otros en contra de la sentencia emitida.
El agricultor Juan Andagana explicó que Chiliquinga no construyó el muro sino el albañil. “Si el señor Alcalde se vuelve a lanzar para una dignidad popular, votaré por él”, señala este campesino.
Otros, en cambio, no piensan así y dicen que se debían tomar las precauciones del caso. Entre tanto, la maleza ha cubierto las pocas paredes que quedaron de la vivienda.
Santiago Alvarado, abogado de la familia Mecías Ojeda, que perdió a los tres chicos, indicó que en todo el proceso judicial se demostró que la obra no colapsó por las lluvias sino que estaba mal hecha y asegura que como Alcalde “tenía toda la responsabilidad”.
“Ya basta de revictimizar a la familia Mecías Ojeda. Una madre y un padre perdieron a sus tres hijos luego de que la familia le advirtiera al Alcalde que el muro estaba mal hecho. Pedir a los alcaldes que acompañaron a Chiliquinga que sean humanos. El señor saldrá de la cárcel, pero la familia no tendrá a sus hijos de vuelta”, indicó Santiago Alvarado.