Geovanny Enríquez se levanta todos los días a las cinco de la mañana, corre desde las seis, visita los polígonos industriales de Madrid y luego va al Instituto Nacional de Empleo (INEM), para averiguar si tendrán uno para él.
En detalle
Subsidio de Desempleo: Para quienes tienen cargas familiares, a quienes están en esa situación y superan los 45 años (sin cargas familiares), a quienes no llegaron a cotizar el tiempo requerido para la prestación, etc.
Debe solicitarse 15 días después de agotarse la prestación en un caso y 15 días después de producirse la situación de desempleo en el otro. Se solicita en el INEM, www.inem.es
Renta Activa de Inserción: Impulso para el retorno al mercado de trabajo de colectivos con dificultad para encontrar empleo. Se solicita en el INEM.
Renta Mínima de Inserción: Prestación para familias desfavorecidas de la Comunidad de Madrid. Servicios Sociales de la Junta Municipal de su domicilio. www.munimadrid.es
Este ecuatoriano, de 45 años, es una de las 300 000 personas a las que, según el Gobierno, se les acabó la prestación de desempleo y siguen sin trabajo. Geovanny dejó de percibirlo en febrero.
Desde ese mes va de un comedor social a otro, trabaja unas horas en el bar de su hermana a cambio de comida, recupera los préstamos que hizo en época de bonanza. En los polígonos busca una plaza de tornero fresador, su oficio anterior como subcontratado para una fábrica de Nissan.
La economía sumergida
“Es una situación preocupante”, dice Paloma López, secretaria de Empleo e Inmigración del Sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.). “Los colchones de protección de estos inmigrantes son menores que los de los españoles, que acceden a más servicios sociales y prestaciones”.
Aunque no hay cifras oficiales de los extranjeros sin paro, López considera que es una tendencia importante que
conlleva a otra situación vulnerable. “Están recurriendo a la economía sumergida. Y eso significa no tener contratos, ni derechos y ser explotados”.
En el caso de Geovanny, que ni siquiera ha podido encontrar un trabajo informal. “No me compro ropa desde hace un año, no como ni mariscos ni carne, del pollo compro lo más barato”, relata.
Sin derecho al paro
El caso del quiteño Jorge Carrera evidencia la deuda histórica que tiene el Estado con los empleados de hogar. No tienen derecho al paro pese que cotizan como cualquier trabajador. Jorge trabajó así durante 15 años. Un día se encontró en la calle, sin prestación y con una indemnización injusta.
Sin paro y sin empleo, el quiteño vive con pocos ahorros. Quiere ser camarero, albañil o “lo que sea”, pero sus 47 años son un obstáculo para las empresas. En el mercado donde compraba para su ex jefe, los amigos le regalan comida. “Estoy tocando fondo, evalúo algo que nunca pensé a corto plazo: volver a Ecuador”. A esta situación se suma un factor preocupante. Según Comisiones Obreras al menos a 100 000 extranjeros se les ha denegado la renovación de sus permisos laborales porque carecen de un contrato o no cobran la prestación.
Desde el Ministerio de Trabajo estudian medidas para que estos “no caigan en la irregularidad”, dice una fuente de esa Cartera.
400 euros si se acaba el paro
En la última semana ha trascendido que una de las propuestas que tiene consenso en el Diálogo Social, que agrupa al Gobierno, los sindicatos y los empresarios, es dotar de 400 euros mensuales a las personas que han agotado su prestación de desempleo y carezcan de ingresos. A cambio deberán acceder formarse en una profesión con perspectiva de éxito en el futuro. Sus miembros han fijado el mes de julio como fecha límite para cerrar los acuerdos del Diálogo Social.