En Europa la conocen más como un centro de trabajo. Se trata de una máquina que se encarga de cortar, perforar, moldear, perfilar, tallar… los tableros modulares.
En Ecuador está instalada en el Megacentro Edimca. Su función es hacer el 80% de trabajo modular. Roberto Silva, de la empresa, comenta que la máquina tiene un sistema que se fundamenta en los planos cartesianos y en los diseños con AutoCad.
El operario de la Rover A3 recibe los planos o los diseños que se necesitan hacer. “Esto puede llegar por medio de un correo electrónico que luego se transcribe al programa Biesse Work que es con el que trabaja el aparato”.
El siguiente paso es codificar las medidas del trabajo que se va a desarrollar, añade Silva. Luego se ubican los tableros en el banco de la máquina. Así empieza la tarea que puede comprender cualquier tipo de necesidad.
Los tableros pueden ser planchas enteras, de 2,40 x 1,20 o de 40×40 centímetros. La máquina acepta cualquier dimensión, forma, figura, tipo de letra, profundidad de corte…, dice Silva.
Después, el tablero se coloca sobre la máquina y se espera a que dé inicio el trabajo. La seguridad es vital para la tarea. El operario, además de usar gafas, casco y guantes especiales, no puede acercarse al robot. Alrededor del artefacto hay un espacio delimitado que separa la computadora de la máquina en sí.
Si alguien se para sobre este espacio, la máquina se apaga automáticamente y para reiniciarla se debe comenzar desde cero. Además la carcaza que cubre al mandril está hecha a prueba de impactos por lo que es segura.
Otra de las ventajas de esta máquina es que el tablero sale listo para únicamente colocar los herrajes y armar los muebles. Ya no se necesita de taladros o caladoras porque todo esta preparado.
Normalmente cuando se tiene prediseñado el trabajo, la máquina se tarda entre 1 ó 2 minutos en programarse. Cuando se trata de cosas nuevas por hacer, el robot puede tardarse hasta 5 minutos, claro esto depende de la complejidad de la tarea a realizarse.
El centro de trabajo tiene una biblioteca que va guardando toda la información que le llega. Por ejemplo, comenta Silva, si un cliente quiere hacer algo que fue desarrollado seis meses atrás, lo único que hay que hacer es abrir la carpeta y mandar a trabajar.
Vladimir Cevallos, el operario de la máquina, cuenta que la idea de este aparato es trabajar en serie. Los muebles llegan ya cortados. “Si se van a hacer perforaciones para herrajes minifix y tenemos 10 planchas para eso, se colocan en la máquina y listo. Su misión es acelerar el trabajo de los mueblistas industriales”.
Actualmente un artesano puede tardarse hasta 4 horas en hacer lo que el centro de trabajo automático hace en minutos. Trabaja por piezas porque solo tiene un mandril que cambia sus cuchillas según lo que necesita.
“Tranquilamente se puede colocar un tablero de 1,20 x 2,44 de largo y sacar en un mismo tiraje alrededor de 20 placas pequeñas. La máquina misma corta la plancha y le da los diseños programados”, añade Silva.
La Rover A3 está creada para las empresas que fabrican muebles. “Con este centro de trabajo se economiza la mano de obra porque ya no tiene una persona que esté perforando, otra cortando, otra perfilando… sino que la máquina hace todo eso”.