Estoril (Portugal), DPA
El tema de la crisis en Honduras paralizó la XIX Cumbre Iberoamericana en Portugal y dejó muy molesto al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien abandonó la reunión de Estoril horas antes del cierre “echando humo”, con muchas quejas y sin el protagonismo que suele ocupar.
“Si la cumbre hubiese sido convocada sólo para tratar el tema de Honduras, no hubiese venido”, dijo el mandatario sin rodeos a periodistas poco antes de subir a un avión que lo llevaría a Ucrania para una visita oficial.
Asimismo, Lula desvirtuó conjeturas entre los periodistas asistentes a la Cumbre, en el sentido de que el mayor país sudamericano podría haber “suavizado” su postura de rechazo a las elecciones en Honduras tras el golpe de Estado contra el gobierno de Manuel Zelaya cinco meses atrás.
Afirmó que Brasil no reconocerá al nuevo gobierno hondureño, que con el presidente electo Porfirio Lobo, un empresario conservador, no se sentaba “ni a conversar”, y agregó: “No podemos hacer concesiones al golpista”. “No podemos hacer como si no hubiese pasado nada. Dentro de poco, el malo, el culpable, va a ser Zelaya”, ironizó.
A juicio de Lula, la postura de su gobierno frente a la crisis hondureña es “una cuestión de sentido común, de principios y de no hacer pactos con el vandalismo político”.
Lula no tuvo en la riviera portuguesa el protagonismo que se esperaba y prácticamente no apareció públicamente ni hizo declaraciones en el primer día.
Al comienzo del segundo y último día, abandonó la cumbre junto con su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa.
Mientras tanto, un asesor presidencial aseguró que la temprana salida de Lula no era una señal de protesta. “La agenda del presidente en Ucrania comienza esta tarde”, afirmó, agregando que Lula seguía viaje ya mañana, donde visitaría la capital Berlín y asistiría a una reunión empresarial en Hamburgo.
Al ser preguntado sobre la falta de consenso entre los participantes de la Cumbre Iberoamericana en el tema de Honduras, Lula aseveró que “no es necesario tener una posición común”, agregando que “regresamos como llegamos”.
“La cumbre no fue convocada para esto (Honduras). Si hubiese sido convocada para esto, no hubiese venido. Vine porque discutimos temas importantes y por el cariño que tengo por el presidente y el primer ministro de Portugal”.
Lula calificó al actual presidente hondureño de “golpista que se disfrazó de político elegido (por el pueblo) y convocó a elecciones sin permitir que el presidente Zelaya sea el responsable de este proceso”.
Finalmente, Lula rechazó las comparaciones que se hacen entre las elecciones en Honduras y en Irán. “Los dos casos son completamente diferentes”, afirmó, “ya que las elecciones iraníes no violaron la Constitución”.