El nivel de captación del río Ambato, en la zona de Tilulún, que abastece con agua a Ambato, ha disminuido. Foto: Cortesía de la Emapa de Ambato
Tungurahua, Cotopaxi, Azuay, Manabí, Guayas, El Oro y Galápagos están afectadas por la escasez de agua. La región interandina atraviesa por un período llamado ‘veranillo’, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).
Ese veranillo es una temporada sin lluvias que puede durar hasta 15 días y precede a la temporada más húmeda del año. Sin embargo, en el caso de Tungurahua es más severo desde septiembre pasado.
Un informe de la Dirección de Recursos Hídricos de la Prefectura detalla que los embalses Chiquihurco y Mula Corral, construidos para almacenar 6,3 millones de m³ de agua, guardan 1,3 millones m³.
De estos dos grandes reservorios se alimenta el caudal del río Ambato, que se usa para abastecer con agua potable a Ambato y Pelileo. Pero ese servicio en la capital tungurahuense se puede complicar. La Empresa Pública Municipal de Agua Potable empezó en noviembre una campaña para bajar el consumo.
Fidel Castro, gerente de la Emapa, indicó que si la disminución sigue en los próximos 15 días se afectaría el abastecimiento a la planta Apatug, que sirve a la zona alta de la ciudad. Los inconvenientes se presentan desde la primera semana de septiembre.
El riego agrícola también está afectado. Los 265 canales que irrigan 40 000 hectáreas de cultivos distribuyen 4 m³ de agua por segundo, cuando normalmente son 10,2 m³, según la adjudicación de la Secretaría del Agua.
En la capital azuaya, la evidencia más importante de la sequía está en el Parque Nacional Cajas. De allí nace el agua que consume una parte importante de la población de Cuenca y que alimenta al río Tomebamba.
Pese a este panorama, no hay racionamientos del líquido vital, dijo Juan Carlos Quezada, administrador de áreas protegidas de la Empresa Municipal Etapa. “Hay una disminución del caudal hacia los cuerpos de agua, pero no en las lagunas”. Según él, estos períodos de sequía se repiten cada año, pero el actual ha sido el más fuerte de los últimos seis años.
En Cotopaxi, en cambio,las esporádicas lluvias han permitido recuperar el caudal del agua para regadío y consumo humano. Pero no es suficiente. Según la Prefectura, 800 hectáreas de papas, maíz, brócoli y pastizales fueron afectados por la falta de agua, heladas y el intenso calor.
Según Juan Estrada, director de Riego de la Prefectura, la afectación se registró en Pujilí, Saquisilí, Salcedo y Latacunga.
El caso de Chimborazo es distinto. Las lluvias ya empezaron a caer y no hubo reducción del caudal en las fuentes de captación de agua de Riobamba. Pero sí hubo cambios bruscos en las temperaturas.
Las heladas destruyeron 1 426 hectáreas de maíz y papas y hay pérdidas parciales en otras 2 872 ha. Sin embargo, representan un 3% de la producción total de la provincia.
A pesar del marcado cambio climático registrado desde el 2000, según el Inamhi, la ausencia de lluvias en la Sierra y en la Costa aún está dentro de los parámetros normales. Perola temporada seca de este año ya ha batido récords en tres provincias. Esmeraldas, Santo Domingo y Galápagos registraron el nivel más bajo de precipitaciones en 30 años, durante noviembre, según el Inamhi.
“En la Costa se esperan las lluvias para finales de enero o incluso mediados de febrero. Si las lluvias no llegan en esta época estaremos en serios problemas y ahí sí se consideraría una sequía prolongada e irregular”, afirma Gonzalo Ontaneda, experto en cambio climatológico del Inamhi.
Seis cantones manabitas se quedaron sin pasto para el ganado, mientras que la Cámara de Agricultura de la II Zona pidió la declaratoria de emergencia para Guayas, El Oro, Los Ríos y Galápagos.
En la región Andina, las lluvias no son generalizadas. El invierno comenzó hace dos semanas en Carchi, Imbabura, Chimborazo, Azuay, Cañar y Loja y se espera que se extienda al resto de provincias a mediados o finales de este mes.
Eso ayudó para apagar los incendios en los bosques y aumentar los caudales de los ríos de las dos últimas provincias.