Elías tiene retratada una a una sus obras de arte. En su casa tiene por lo menos 50 grandes álbumes de fotos que relatan en cada página una vida llena de trabajo y creación. Sus diseños asombran y encantan como también su conversación fluida y amable y su capacidad para captar los deseos del cliente.
Parece que todo empezó cuando nació, pues no recuerda la fecha exacta en la que surgió su amor por la madera. Por eso, el día que terminó la escuela le pidió a su papá que le lleve un taller donde pueda aprender el oficio.
Elías Vizcaíno es de Yaruquí. Cuando cumplió 13 años decidió venir a Quito. En ese entonces, los únicos carros que podían llevarlo eran aquellos que salían a las 03:00 con mercadería.
Se subió en uno de ellos, y allí empieza su historia de gran ebanista.
Empezó desde abajo y eso le hace capaz de reconocer que la madera vieja es la mejor, porque no se tuerce ni sucumbe a la polilla. Por eso, antes de emprender cualquier trabajo se asegura de utilizar solo aquellas de mejor calidad. No solo lo sabe por su textura, sino por su olor. Parece que tiene una fórmula para elegir a las más duras y resistentes. Las que son aromáticas y huelen a bosque son las que tienen mejor desempeño.
Sin embargo, antes de pasar por sus manos y transformarse en obras de arte dignas de exportación, deben seguir un arduo proceso. Lo primero es el secado al aire libre y luego viene el tratamiento para que dure toda una vida.
En su cabeza no solo guarda el conocimiento que ha adquirido con los años en el oficio, sino también el heredado de sus maestros, que a la fecha hubieran tenido más de 100 años si vivieran. Ellos vieron en él una persona responsable, le transmitieron sus trucos, su técnica, sus métodos, sus estilos. Por eso ahora sus diseños y creaciones forman parte de dormitorios, de oficinas, de salas y de lugares únicos de personalidades del Ecuador y del mundo.
Él es de esos hombres que ha visto la evolución del oficio. Su conocimiento no solo le ha permitido crear los muebles más sofisticados y de gran estilo, sino también idear herramientas propias que permitan tratar la madera sólida de mejor manera y conseguir acabados de lujo.
En una pared de su taller está una frase que dice: “Aquí, lo difícil lo hacemos enseguida. Lo imposible nos demoramos un poquito más”. Esta es la filosofía de su negocio. Con ingenio y creatividad es capaz de crear todo lo que existe y lo que no existe también.