Tras estallar el escándalo de los padres australianos que abandonaron un bebé nacido con síndrome de Down de una madre de alquiler, la policía de Tailandia descubrió a comienzos de agosto en un lujoso apartamento de Bangkok nueve bebés con nueve niñeras y una mujer embarazada.
Las autoridades se dieron cuenta entonces que el negocio de maternidad subrogada florece en el país asiático por el vacío legal al respecto.
El escándalo del bebé con síndrome Down, Gammy, dio la vuelta al mundo y como respuesta a este caso, la junta militar que gobierna el país ordenó actuar.
Fue así como la policía se topó con un apartamento en el que había muchos bebés en su interior. En un primer momento se temía que el caso fuese un asunto de trata de blancas con bebés de vientres de alquiler. Sin embargo lo que las investigaciones han descubierto hasta el momento no es de carácter criminal sino de los más inusual.
Los nueve bebés, seis niños y tres niñas, tienen todos el mismo padre, tal como han demostrado las pruebas de ADN, según informó la policía. Las investigaciones se centran en el japonés de 24 años Mitsutoki Shigeta, quien se marchó al extranjero tras el registro policial en el apartamento de lujo.
La policía ha encontrado documentación que remite a al menos once madres de alquiler con 15 niños, que nacieron en nueve hospitales de Bangkok y todos con el mismo padre: el joven Shigeta de 24 años. Según la investigación policial, los niños fueron fecundados in vitro con los óvulos de donantes de Suecia, España y Brasil. Todos nacieron a partir de diciembre de 2012.
Shigeta, según las autoridades de inmigración, ha estado decenas de veces en Tailandia y en alguna ocasión ha viajado con un bebé.
El diario Nation siguió la pista de una madre de alquiler de 21 años que alquiló su vientre a Shigeta por 7 000 euros. Otra joven, también de 21 años, obtuvo una recompensa similar, más 500 euros por mes de embarazo por el mismo desempeño, según el Bangkok Post.
El Japan Times conversó con Mariam Kukunsashvili, que media en Tailandia maternidades subrogadas y, según dijo, tienen a Shigeta entre sus clientes. Kukunsashvili dijo que comenzó a desconfiar cuando el japonés siguió demandando más madres de alquiler, según el diario. ¿Quién ese tipo? ¿El líder de una secta? ¿Un pedófilo? ¿Un megalómano?. Quería procrear hasta 1 000 bebés, dijo Kukunsashvili al diario.
“Lo mejor que puedo dejar en el mundo son muchos hijos”, cuenta que le dijo. Los hijos se ocuparían de su imperio empresarial y de su legado, informaron diarios locales remitiéndose al entorno de Shigeta.
La prensa nipona todavía es cautelosa, pero todo parece apuntar que Shigeta es hijo de un multimillonario japonés que figura en la lista Forbes como uno de los hombres más ricos de Japón. El propio Shigeta es inversor financiero.
La policía indaga ahora los motivos de este hombre. Shigeta ha salido de Tailandia, pero sus abogados están dispuestos a ofrecer la información que se requiera. Han invitado a los funcionarios tailandeses a Camboya para que puedan comprobar lo bien que se encuentran cuatro de los hijos que tuvo Shigeta.
De su caso se ocupa el prestigioso bufete de abogados Siam Premier, uno de los más grandes de Bangkok, que ha gestionado unas pruebas de ADN para demostrar la paternidad de su defendido. Sin embargo el letrado no habla con la prensa: “El abogado Kong Suriyamonthon no se puede poner al teléfono”, señala su asistente.