Vista del ataúd y de los familiares durante el funeral de Estado de las víctimas del terremoto en Amatrice. Foto: EFE
Italia celebró el 30 de agosto su segundo funeral de Estado por las víctimas del terremoto, esta vez en Amatrice, la localidad más afectada por el sismo de la semana pasada que dejó 292 víctimas en el centro del país.
El primer ministro italiano Matteo Renzi y el presidente Sergio Mattarella estuvieron presentes en la ceremonia, que fue oficiada en las afueras del pueblo, devastado por el terremoto de magnitud 6,2.
Antes de la ceremonia, Renzi visitó a los sobrevivientes que acampan en Amatrice, donde murieron 231 personas. Los 37 ataúdes, entre los que había los de dos niños, fueron alineados debajo de un gran toldo que protegía de la lluvia a los cientos de personas que acudieron al funeral. Cada féretro tenía un nombre y un número y estaba cubierto de mensajes y flores.
En la tienda de campaña se colocó un crucifijo rescatado de una iglesia destruida y detrás de él se podían ver las ruinas de la localidad. Además se llevó a una reliquia de la patrona de Amatrice, la Madonna di Filetta, que también fue recuperada entre los restos de una iglesia. Al final de la ceremonia se soltaron globos blancos al aire y el presidente Mattarella saludó a los sobrevivientes. “Reconstruiremos Amatrice poco a poco”, prometió Renzi, por su parte.
El terremoto dejó además 11 muertos en Accumoli y 50 en Arquata del Tronto. De esta última localidad eran los 35 muertos que fueron despedidos en el funeral de Estado celebrado el 27 de agosto en Ascoli Piceno, al que también acudieron Renzi y Mattarella.
Previo a la ceremonia del 30 de agosto se dio una polémica por la sede de la misa. Las autoridades habían sugerido que fuera en la capital provincial, Rieti, porque algunas rutas que conducen a Amatrice quedaron bloqueadas por el terremoto, pero los habitantes de la localidad presionaron para celebrar el funeral en su comunidad.
“Los terremotos no matan, lo que mata es la obra del hombre”, señaló el obispo de Rieti, Domenico Pompili, durante el funeral, en una crítica al estado de las construcciones en la zona afectada por el sismo. “No deberíamos permitir las explicaciones patéticas, al borde de la superstición, como culpar al destino, la mala suerte o a sorprendentes coincidencias”, añadió.
Fiscales de Rieti ordenaron un allanamiento de la escuela primaria de Amatrice, que colapsó pese a que en 2012 había sido renovada para supuestamente ser resistente a los movimientos telúricos. La catástrofe dejó además miles de personas sin hogar.
La agencia de protección civil italiana indicó que más de 3 500 personas pernoctaron en campamentos improvisados. En Amatrice los bomberos aún buscaban cuerpos debajo de los escombros de los edificios colapsados. Medios locales aseguraron que hay unas diez personas desaparecidas.