Trabajadores de la Epmmop colocan asfalto del carril sur-norte a unos 300 metros del paso elevado del intercambiador de Carapungo. Fotos de Alfredo Lagla / EL COMERCIO
En el intercambiador de Carapungo, en el norte de Quito, el último punto en donde trabaja se ubica a unos 300 metros al sur del descenso del paso elevado. Este jueves 1 de septiembre del 2016, en ese sector se colocaba el asfalto del carril sur-norte.
A excepción del paso que conecta la avenida Simón Bolívar con la Panamericana Norte para dirigirse al sur, el resto de carriles está habilitado en este intercambiador.
Por este último cierre, los vehículos que ingresan a Quito y quieren retornar hacia el sur, deben avanzar hasta el sector de la fábrica de la Coca Cola.
Este fue el caso de Danny Vargas. Para él, el tráfico es fluido y más rápido con el intercambiador en funcionamiento. El problema que tiene es que todavía no está familiarizado con los carriles que debe tomar.
En ese desvío, los trabajadores de la Epmmop colocan las últimas luminarias. Los trabajos también se concentran en la señalización del intercambiador.
Para Luis Lincango, otro conductor, es una ventaja que el intercambiador funcione antes del inicio a clases. Señaló que el tránsito pesado, que era frecuente en este punto de la ciudad, ahora es menor.
El problema, al momento, es que por los trabajos de asfaltado se forma congestión en el sentido Carcelén-Calderón. Por ello, los agentes de Tránsito realizan un contraflujo por cerca de 15 minutos para descongestionar la vía.
Según usuarios del transporte público, con esta obra los buses circulan con más fluidez. Wilmer Zambrano se moviliza por trabajo hasta el centro de Quito. Desde la salida de Carapungo toma el alimentador al Trolebús. Cuenta que se demora menos que antes en este trayecto.
La construcción del intercambiador se inició en mayo del 2015. Es parte de la fase dos del proyecto de la prolongación de la avenida Simón Bolívar. Según datos de la Epmmop, por este sector circulan, diariamente, cerca de 89 mil vehículos.