Yakarta. AFP y Reuters
Un doble atentado suicida mató ayer al menos a nueve personas en dos hoteles de lujo de Yakarta. Los bombazos marcaron el regreso del terrorismo al mayor país musulmán del mundo desde 2004 y desencadenando la indignación de la comunidad internacional.
Las dos explosiones casi simultáneas tuvieron lugar en el hotel Ritz Carlton, uno de los más lujosos de la capital, y en el Marriott, ambos situados en el barrio de negocios de Kuningan, en el centro, y frecuentados por extranjeros.
Según la Policía, un hombre entró en un bar del Marriott haciéndose pasar por “invitado” y activó la bomba que llevaba consigo, matándose en el acto y matando a otras seis personas, entre estas un empresario neozelandés que participaba en un seminario.
Minutos después, otro hombre, con un gorro en la cabeza y una valija de trabajo, actuó de la misma forma en la sala del restaurante del Ritz Carlton, donde los clientes desayunaban. El individuo murió y mató a otra persona.
Unas 40 personas resultaron gravemente heridas, entre estas 14 extranjeros, según la Policía.
Un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. confirmó que entre los heridos hay ocho ciudadanos estadounidenses. Holanda también confirmó que tres holandeses figuran entre los heridos, dos de ellos de gravedad.
Las deflagraciones fueron provocadas por “bombas de fuerte potencia” , anunció el ministro de Seguridad indonesio, Widodo Adi Sucipto. Otra bomba sin explotar fue hallada posteriormente en la habitación 1808 del hotel Marriott, confirmó el consejero presidencial
Djali Yusuf. Esa habitación era el “centro de control” de los atacantes. La Policía también encontró allí explosivos químicos y material para fabricar bombas, añadió Yusuf.
El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, reelegido en los comicios del 8 de julio según resultados parciales y a quien se atribuía el regreso de la tranquilidad al país, condenó este “acto de terrorismo” y calificó los atentados de “inhumanos” .
Yudhoyono, que cumplirá un nuevo mandato de cinco años, expresó su preocupación por las consecuencias “en la economía, el turismo y la imagen” de su país.
La comunidad internacional expresó su solidaridad con Yakarta. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó “enérgicamente” lo sucedido, al igual que los 15 países miembros del Consejo de Seguridad.