Los indígenas Karanki, Natabuela, Otavalo y Kayambis danzaron en Ibarra

En la capital de Imbabura, el Encuentro de los Pueblos concluía con un acto cultural. Foto: José Luis Rosales

En la capital de Imbabura, el Encuentro de los Pueblos concluía con un acto cultural. Foto: José Luis Rosales

En la capital de Imbabura, el Encuentro de los Pueblos concluía con un acto cultural. Foto: José Luis Rosales

Los ritmos del inti Raymi y sanjuanito, propios de la Sierra norte, se espacieron este sábado, 13 de junio, por el sur de la ciudad de Ibarra, en la provincia de Imbabura, en el norte del Ecuador.

Cientos de indígenas de los Pueblos Karanki, Natabuela, Otavalo y Kayambi, atraviados con coloridas vestimentas, danzaron y cantaron coplas, en una especie de desfile, denominado Encuentro de los Pueblos.

Este es uno de los actos por los 191 años de provincialización de Imbabura y antecede al Inti Raymi (Fiesta del Sol, en Kichwa). También conocida como Hatun Puncha (Día Grande) se festejará en las parcialidades kichwas desde el 21 de junio en agradecimiento a la madre tierra por las cosechas.

Con esta festividad finaliza la labor del campo desde la preparación de la tierra realizada por los hombres, la siembra que hacen las mujeres, la cosecha del maíz en la que participan la familia y vecinos, explica Jorge Siza, del pueblo Natabuela.

Si bien el rito es un solo, hay expresiones propias, como vestuario y danzas, que son representativos de cada pueblo. En la comunidad Angla, cantón Otavalo, la tradición dicta, por ejemplo, que los hombres vistan zamarros y lleven a sus espaldas pequeñas pieles curtidas a la que van atadas con campanas de bronce y cobre.

Foto: José Luis Rosales

Dos hombres con flautas, elaboradas con juncos, acompasan el monotono ritmo a los diez bailadores que cuelgan las campanillas que suenan sin cesar. Feliciano Colta, uno de los bailadores, explica que las nuevas generaciones de la Angla están tomando la posta por preservar este rito.

En parcialidades como Imantag, cantón Cotacachi, en cambio, resaltan la forma de zapatear. Los bailarines, ataviados con pantalón y camisa de color blanco, chaleco, sombrero, zapatos de suela y poilanas, ponen un ritmo más rápido, fuerte y sincronizado.

“Esta danza es una expresión de alegría por las cosechas en los campos del maíz”, comenta Miguel Ramos, líder de Imantag. Con este grando dorado, unos de los alimentos principales de los nativos, se elabora una bebida que se fermenta y la denomina chicha.

En los poblados Karankis y Kayambies la participación de la mujer es más activa. No sucede lo mismo en los Otavalos y Natabuelas.

En la comuna Peñaherrera, cantón Ibarra, las damas cantan coplas, algunas son picarezcas, comenta Nicolás Fernánez, vecino de la localidad. Es que en esta festividad andina también se expresa la conjugación de la energía del hari (hombre) y warmi (mujer).

Los bailarines partieron desde el parque de Caranqui y recorrieron las avenidas Atahualpa y Teodoro Gómez de la Torre hasta finalizar en el parque de La Familia. En ese sitio se tenía previsto realizar un acto cultural. Pablo Jurado, prefecto de Imbabura y anfitrión de la festividad, señala que el Encuentro de Pueblos refleja una de las fortalezas que tiene la Provincia de Los Lagos: la interculturalidad.

Suplementos digitales